El delantero del Real Mallorca Abdón Prats junto a su compañero Antonio Sánchez celebran uno de los goles de los bermellones ante el Girona en el partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado el miércoles en el estadio de Son Moix, en Palma. | Miquel Àngel Borràs

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Subido en la ola de la Copa del Rey, con la ilusión por alcanzar una nueva final recorriendo por las venas del mallorquinismo desde la inolvidable noche del pasado miércoles, el Real Mallorca regresa a la cruda realidad del campeonato doméstico en un duelo clave para alejarse de los suburbios de la clasificación -está cinco puntos por encima del descenso- y comenzar a respirar con cierta solvencia. (Son Moix, 21.00 horas).

El grupo de Javier Aguirre, con la inclusión del recién llegado Nacho Vidal en la lista de 24 y la duda del incombustible Antonio Sánchez -uno de sus jugadores más en forma- recibe a un Betis cogido con pinzas que se desplazó ayer con solo trece futbolistas de la primera plantilla (los otros siete son del filial) y que quiere recuperar el rumbo perdido. En este mes ha perdido el mismo número de partidos (dos) que en los cuatro anteriores y se presenta en la Isla con Isco Alarcón (5 goles y 3 asistencias) como principal argumento al que agarrarse.

Javier Aguirre echó arena al fuego encendido tras la victoria en cuartos de final ante el Girona de hace 72 horas para focalizar de nuevo todos los sentidos en la Liga. La semifinal ante la Real Sociedad (días 6 y 27 del próximo mes de febrero) le preocupará cuando llegue el momento, pero ahora no quiere perder ni un segundo. La Primera División es el principal patrimonio de la entidad y no le sobran precisamente puntos a un equipo que ha cerrado el grifo de las derrotas (solo una, y en el Bernabéu, en los dos últimos meses de competición), pero al que la ristra de empates no le está permitiendo alejarse del fango. Acumula cinco en las ocho últimas jornadas... y se mirará al espejo porque el Betis también está recorriendo la travesía liguera punto a punto. Son los reyes del empate (11 los isleños y 10 los béticos) y se cruzan en un momento que puede resultar definitivo para ambos en sus aspiraciones. El Mallorca necesita ganar para huir de la quema y el Betis, que ha ido de más a menos y cada semana pierde efectivos -Borja Iglesias negocia su fichaje por el Leverkusen-, para no perder de forma definitiva el tren de las competiciones europeas en el que ha viajado las últimas temporadas.

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Aguirre puede perder a algunas piezas debido al brutal desgaste del pasado miércoles. Antonio Sánchez y Dani Rodríguez arrastran molestias y en esta ecuación es probable la inclusión en el once de un Sergi Darder que ha perdido su plaza entre los elegidos y que necesita un buen partido para reengancharse a la causa.

En el resto del once, el Vasco tirará del manual habitual en el torneo de la regularidad. A pesar de la soberbia actuación de Greif, el serbio Rajkovic seguirá bajo los palos, con Gio, Valjent, Raíllo Nastasic y presumiblemente Lato en la línea de cuatro. Samú Costa y Morlanes aportarán el músculo y la brújula, con el ‘artanenc’ y Cyle Larin en punta de ataque. También es probable que vuelva a plantear un equipo con dos puntas como ante el Girona y en este caso entraría un Abdón en estado de gracia. El internacional canadiense está en racha (cuatro goles en los cinco últimos partidos oficiales) y el Dimoni suma ya 11 goles entre Liga y Copa.

Nacho Vidal, que conoció este mismo viernes a sus nuevos compañeros, estará en la lista una vez que ha sido inscrito, mientras que Pablo Maffeo es la única baja de un bloque que quiere encadenar una nueva victoria en Son Moix para mantener la atmósfera que se creó en la Copa del Rey.

El Betis de Pellegrini llega en cuadro, cargado de bajas y de jugadores del filial en la convocatoria. El equipo verdiblanco, que curiosamente es el único andaluz que no está metido en la pomada por el descenso (los cuatro últimos clasificados son de ese comunidad) ha perdido altura y piezas en las últimas jornadas. Solo la lámpara que de vez en cuando frota Isco Alarcón mantiene la luz de un bloque que se encuentra agrietado en todas sus posiciones. Aún así, le sale un once inicial bastante competitivo a un Betis que acumula más de una década sin perder ante el equipo bermellón.