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Fernando Fernández La progresión de Alba Torrens Salom (Binissalem, 1989) es imparable. Pese a que las lesiones no han respetado a la internacional en las últimas semanas, la alero del Celta ha visto premiado un 2008 inolvidable con la nominación por parte de FIBA Europa al premio a la mejor jugadora joven del viejo continente. Sus números en el club gallego (11'4 puntos y 4'2 rebotes en la campaña 2007/08 y 13'8 puntos y 5'5 rebotes, además de 30'2 minutos por partido en la presente) y su inclusión en la selección femenina para los Juegos Olímpicos de Pekín son algunas de las cartas de presentación de la alero, que es la única española dentro de la nómina de candidatas a los FIBA Awards dentro de su categoría. (Amaya Valdemoro y Anna Montañana optan al galardón absoluto, y en la masculina, Rudy Fernández, Pau Gasol y Ricky Rubio, este último en la misma categoría que Alba también optan al reconocimiento) y vé recompensados sus progresos en el mundo de la canasta, tanto en las categorías de formación (campeona de Europa cadete y júnior y campeona del mundo escolar), como desde su irrupción en la Liga Femenina -fue la mejor rookie nacional en la campaña 06/07)-.

Ahora, en plena recuperación de una fractura en el pie izquierdo, Alba deberá competir fuera de las pistas con las futuras estrellas del baloncesto femenino europeo. Snezana Aleksic (Serbia), Bahar Caglar (Turquía), Frida Eldebrink (Suecia), Sabine Niedola (Letonia), Gintare Petronyte (Lituania), Sonja Petrovic (Serbia, ganadora en 2007), Aurime Rinkeviciute (Lituania), Diandra Tchatchouang (Francia) y Natalia Vieru (Rusia) son sus adversarias a la caza del premio a la mejor promesa continental. Casi nada.