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Adrián R. Huber|MADRID
La irrupción en la segunda mitad de «Robinho» revivió al Real Madrid y sirvió para que su equipo lograra una nueva victoria en el Santiago Bernabéu, estadio en el que sólo conoce el triunfo en Liga y donde fortaleció su liderato con un triunfo (2-0) ante el Zaragoza, gracias también a la sensacional actuación de Casillas.

Con un equipo con bajas significativas, Víctor pudo, al menos, contar con el 'repescado' Diego Milito, expulsado en el último partido de Copa, que formó de nuevo pareja atacante con Oliveira. Pero no bastó en esta ocasión, ya que aunque el Zaragoza dispuso de numerosas oportunidades, la efectividad la puso, una vez más, el equipo de Schuster.

En los primeros veinte minutos, en los que el Madrid dominó con timidez, lo más significativo fue la 'recaída' del argentino Heinze, que había sido duda hasta última hora y que duró en el terreno justo ese espacio de tiempo. Fue sustituido por Miguel Torres, que ocupó la banda derecha, pasando de ésta al centro de la zaga Sergio Ramos.

A partir de ahí, se estiró el Zaragoza. Los primeros avisos de Van Nistelrooy y Baptista fueron contestados por Oliveira, en doble acción. En la segunda, en el 22, se le anuló un gol por fuera de juego tras sensacional jugada de Milito, que poco después no abrió el marcador porque se topó con el sempiterno Casillas, que de nuevo, al filo de la media hora, sacó otro disparo, en esta ocasión de Sergio García.

Insistieron de nuevo García y Milito y sólo al final de la primera parte el Madrid salió de su principio de letargo, con un disparo Robinho y una peligrosa falta ejecutada por Sneijder, que puso a prueba a López Vallejo.

Seguía causando mejor impresión el Zaragoza tras el descanso -Zapater metió de nuevo en acción a Iker en el 8 de la reanudación-, así que puestos a buscar, y como además el partido coincidía con el Día de Reyes, Schuster optó por la magia y sacó a José María Gutiérrez, que entró por Sneijder en el décimo minuto.

La entrada de Guti pareció estimular a sus compañeros, pero de nuevo Diogo evidenció que el que quiera acceder al no oficial título de mejor portero del mundo deberá disputarle esa consideración a Iker. Y poco después, en el 15, Oliveira chutó al palo.

No tuvo su mejor día, pero la presencia del genial Guti acabó por irradiar confianza a los merengues. Y el que respondió de inmediato al espíritu hechicero del madrileño fue Robinho.

El brasileño firmó una sensacional jugada por la derecha que Ruud Van Nistelrooy convirtió en el primer gol de testarazo. Dos minutos después de levantar al público de sus asientos, con un disparo que rozo el travesaño, colocó, de fuerte disparo, el 2-0 en el marcador, recién pasada la media hora. Y hubiese salido a hombros si culmina un caño a Sergio dentro del área maña.

Sin presión y sin brillar, el Madrid expuso un juego generoso. Raúl pudo subir al marcador el tercero, a falta de diez, pero su remate a centro de Ruud salió a la izquierda de la portería del equipo zaragozano, que llevaba ya unos minutos ondeando la bandera blanca.

Quizá sobraron algunas florituras en los instantes finales, pero también es cierto, que ya estaba solventado un partido que pudo haberse complicado mucho y que acabó con una nueva victoria del Madrid en el Bernabéu.