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Palma pasó de la esperanza a la desilusión en apenas una hora, precisamente en las instalaciones de Calanova, donde se esperaban celebrar las pruebas de vela de los Juegos Olímpicos de 2012 y donde ayer se instaló una pantalla gigante para que los responsables institucionales y los ciudadanos escucharan al presidente del COI, Jacques Rogge, pronunciar la sede definitiva de la 30ª Olimpiada. Todo parecía suceder según el guión establecido por los más optimistas cuando Moscú fue la primera eliminada de una criba en la que la presentación de la candidatura madrileña había dejado muy satisfechos a todos los presentes, que empezaban a notar los nervios siempre con la mente puesta en las 13:45, hora en la que se esperaba el veredicto de Rogge.

Los mejores presagios fueron convirtiéndose en euforia cuando Nueva York fue apeada tras la segunda votación y siguieron confirmándose los pronósticos que ya habían dejado al descubierto los informes del COI. En Calanova, donde el cava estaba en frío y los pantalanes estaban provistos de los elementos necesarios para la celebración, se aplaudieron las primeras eliminaciones y se dispararon las cábalas sobre lo que podía suceder. Inicialmente nadie se atrevía a decirlo, pero más de uno apuntaba que la siguiente votación, es decir, la tercera, iba a resultar decisiva para los intereses de Madrid y de Palma, que estaban en permanente contacto con la ciudad-estado de Singapur.

La consellera de Presidencia y Deportes, Rosa Puig, asistía con nerviosismo al acto flanqueada por la alcaldesa en funciones y edil de turismo de Cort, Francisca Bennàssar, y el director del área de Deportes de S'Institut de Serveis Socials i Esportius de Mallorca, Antoni Palerm. Los concejales del consistorio palmesano no se quisieron perder una cita histórica para la capital balear y que reunió a cerca de un centenar de personas entre las que se repartieron pegatinas con el lema: «Sort Madrid, sort Palma». En cualquier caso, uno de los distintivos de apoyo a la candidatura de Madrid con más presencia entre los asistentes fueron las pulseras que Ultima Horarepartió entre sus lectores. El resultado de la tercera votación llegaba a las 12:38. La tensión empezaba a palparse, aunque muchos creían que la decisión sobre el futuro de la candidatura madrileña llegaría una hora más tarde. Rogge descartó Madrid. Palma, entre la impotencia y la desilusión, emitió un lamento unánime. No había muchas formas para consolarse más que felicitarse por el trabajo realizado, así que todos los responsables institucionales no ocultaron su desolación inicial pese a su deseo de pensar en positivo de cara al futuro.