Un grupo de jugadores, de rodillas, durante el primer entrenamiento después de las vacaciones navideñas.Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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El nuevo año no ha alterado el rictus de Héctor Raúl Cúper. El entrenador del Mallorca ha regresado con fuerza de las vacaciones navideñas y con una decisión que causó cierta sorpresa en el vestuario. El técnico argentino se presentó en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio con un inesperado regalo de Navidad. Cúper alteró su agenda y decidió concentrar tres días a la plantilla para fomentar la convivencia y escalar un peldaño más en la estructura de trabajo. Esta mini pretemporada se iniciará mañana lunes y se prolongará hasta el miércoles, con doble sesiones de entrenamiento y una concentración en el Hotel Melià Victoria.

Esta concentración sorpresa, que Cúper comunicó a su plantilla en el primer entrenamiento después de las vacaciones, celebrado en la víspera de Nochevieja, está motivada por el nefasto final de año que rubricó el Mallorca, con tres derrotas consecutivas, que empujaron al equipo a finiquitar el peor año en las dos últimas décadas y al técnico a abroncar públicamente a sus jugadores, tras la derrota en Son Moix ante Osasuna. El 4-0 sufrido en Bilbao, con dos goles encajados en los diez primeros minutos de partido, agrandaron la herida de un equipo en descenso, con apenas 13 puntos y con un horizonte (Deportivo, Betis, Real Madrid...) cargado de nubarrones.

Con las campanadas todavía resonando en el ambiente y las uvas y el champán aún en el estómago, la plantilla regresó ayer al trabajo a las once y media de la mañana. Aunque en principio la sesión se había fijado a las cuatro de la tarde, el técnico decidió adelantar el entrenamiento. Juan Manuel Alfano y Toni Servera sacaron el latigo primero en el gimnasio y posteriormente en el césped de la Ciudad Deportiva, donde Cúper no se cansó de corregir algunos movimientos y de dar instrucciones a sus hombres.