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Luis Miguel Pascual|ATENAS
Las españolas Conchita Martínez y Virginia Ruano deberán conformarse con la plata olímpica tras haber perdido la final de los Juegos de Atenas contra las chinas Tian-Tian Sun y Ting Li (6-3, 6-3), en el partido más flojo de la pareja hispana desde que se inició el torneo. El tenis español tendrá que esperar a Pekín para ganar su primer oro olímpico, aunque la plata que se colgaron al cuello Conchita y Ruano será la novena presea que ese deporte aporta al medallero, al que nunca ha dejado de aportar metales desde que en 1988 fue reincorporado al programa olímpico.

Las españolas tenían la oportunidad de ganar ese primero oro, que también habría sido el primero de España desde el inicio de los Juegos de Atenas. A cambio, sumaron la séptima medalla. El tándem español había llegado a la final con la vitola de favorito, no sólo porque eran las segundas cabezas de serie, sino porque no habían cedido una sola manga en toda la semana. Además, las dos habían vencido a las chinas con anterioridad, aunque con sus parejas habituales, nunca juntas. Todo pintaba bien para las hispanas, que además tenían enfrente a dos tenistas procedentes de un país con escasa tradición tenística y que nunca había ganado una medalla en este deporte.

El halagüeño panorama se vino abajo a medida que comenzó el partido y el talento de las españolas claudicó ante la compenetración de las chinas, compañeras habituales en el circuito en el que han ganado cuatro torneos. Las armas que habían funcionado hasta ese momento se convirtieron en pólvora mojada en la final. El juego desde el fondo de la pista quedó a merced de las boleadoras chinas, más compenetradas que las hispanas, que terminaron claudicando. Ruano, que ocupa la primera posición de la clasificación mundial de dobles, sólo ganó uno de sus servicios y su nivel de juego estuvo muy lejano de lo que había dejado ver a lo largo de la semana.