TW
0

Miguel Luengo|PARÍS
El hambre de triunfos de Guillermo Coria contagió a sus compatriotas Gastón Gaudio y David Nalbandian, para colocarse en las semifinales de Roland Garros y marcar un hito para Argentina, que por primera vez en la historia situó a tres de sus representantes masculinos en esta ronda de un grande.

Atrás quedan ya las semifinales de Guillermo Vilas y José Luis Clerc de 1982. Los nuevos argentinos coparán la penúltima ronda de París, con lo que igualan el récord español de 1998, cuando Carlos Moyá, Alex Corretja y Félix Mantilla dominaron aquella edición. Uno de ellos, el ganador del Nalbandian-Gaudio, estará en la final. La igualdad Argentina-España llega incluso al global, pues los argentinos han colocado a Paola Suárez en las semifinales, tal y como sucedió con Arantxa Sánchez Vicario, en 1998. La palabra historia se repite día a día gracias al tenis argentino, que ayer volvió a brillar al vencer Gaudio al australiano Lleyton Hewitt, ex campeón de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos por 6-3, 6-2 y 6-2 en una hora y 56 minutos, mientras que David Nalbandian, ganador júnior en 1998 (venció a Roger Federer) dejó en la cuneta al brasileño Gustavo Kuerten, tres veces ganador, por 6-2, 3-6, 6-4 y 7-6 (6) en tres horas.

Un nuevo campeón asoma este año y salvo que el británico Tim Henman mantenga la inspiración que le ha llevado a su primera semifinal fuera de Wimbledon y venza al imparable Guillermo Coria el viernes, la final convertirá a París en una auténtica Pampa argentina, porque en la otra se medirán Gaudio y Nalbandian. Coria ha superado dos veces a Henman, pero hace dos años en Montecarlo y en tierra, el de Oxford, dio la sorpresa. En cuanto a la otra semifinal, aunque parezca imposible, será el primer partido oficial entre Gastón y David.

De los tres argentinos, Gaudio se considera el menos «galáctico» de todos ellos. «Soy como el Valencia», comentó para situarse ante el público. Y acertó. Era el único jugador de los últimos ocho que no era cabeza de serie, pero se dejó la piel de su rodilla derecha en la arena roja hasta sangrar, y superó al de Adelaida en una gran exhibición. Para Hewitt alcanzar las semifinales de Roland Garros hubiera sido demostrar que la tierra no es su asignatura pendiente. Pero ante un argentino era una difícil batalla. Gaudio controló el partido de principio a fin, dejando sin respuestas al australiano, que perdió su saque en siete ocasiones, y cometió 43 errores no forzados, por solo 18 de Gastón.

Colocando a los ángulos, y mostrando su maestría con las dejadas, Gaudio, 44 del mundo, cimentó su victoria frente a Hewitt, que en varias ocasiones arrojó su raqueta como signo de frustración. «Su revés es uno de los mejores a una mano», dijo Hewitt admirado por la ejecución de ese golpe del argentino. «Intenté varias cosas pero fue imposible, y eso que yo estaba golpeando las bolas con una gran claridad en las últimas dos semanas. Además se defiende muy bien y no me dio oportunidades para atacar. Es un especialista en esta superficie», razonó Hewitt, tras encajar la segunda derrota ante Gaudio en 15 días.