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La llegada de Xavi Sastre al banquillo del Drac Inca parece haber tenido un efecto regenerador. Al menos de puertas para fuera. El nuevo entrenador compareció ayer ante los medios de comunicación flanqueado por el grueso de la cúpula y dejó claro que la enorme crisis por la que atraviesa el equipo "colista de la LEB con ocho derrotas en ocho partidos" se puede remontar. Sastre encontró la complicidad del presidente Sebastià Penya, quien también aireó su convencimiento de que el Inca no tardará en encontrar enmienda.

«Confiamos plenamente en el trabajo de Xavi. Su elección es producto de una unaminidad absoluta de la junta y por tanto cuenta con todo el apoyo y respaldo de la directiva. Desde que le planteamos la situación, detectamos su ilusión por echarnos una mano. Está sobradamente preparado para entrenar a este equipo; conoce la LEB y tambié conoce la casa. Guarda el perfil idóneo y los resultados van a llegar».

Xavi Sastre reconoció que «cuando un club decide cambiar de entrenador es porque las cosas no funcionan. A nadie le gusta sustituir a un compañero, no es una situación agradable, pero las cosas aveces ruedan de esta manera». El preparador mallorquín, que esta temporada se había responsabilizado de la dirección técnica del sa Pobla "equipo vinculado al Inca" después de trabajar durante dos años consecutivos en el organigrama técnico del club de es Raiguer, opinó que «cuando los resultados no acompañan, todo cobra una dimensión un tanto desproporcionada».

«Personalmente considero que esta plantilla tiene mucha calidad y que está sobradamente capacitada para remontar la situación. No será fácil, pero todavía queda mucho camino por delante y tiempo para reaccionar» afirmó. Sastre reconoció que la acuciante situación del equipo carga de trascendencia la cita de Melilla. «Es nuestro próximo rival y está claro que cuanto antes llegue el primer triunfo, mucho mejor. En la LEB no existe ningún partido fácil. Hay mucha calidad y mucho equilibrio. El Inca puede ganar a cualquiera».