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Apenas tres jornadas más tarde, ya hay noticias del Mallorca que Manzano quería. El técnico jienense se vació en cada entrenamiento, en cada rueda de prensa, tratando de explicar y subrayar los argumentos que debían convertir a su equipo en un grupo fiable. Pidió paciencia hasta que las lesiones respetasen a Ibagaza, hasta que Etoo volviera a pisar la hierba, hasta que Nadal mejorase, hasta que las bandas encontraran el broche. Tres victorias después, el conjunto balear tiene otro aspecto, porque ha definido su defensa, porque el centro del campo tiene contenido y además es solvente en ataque. Son algunas de las claves que explican la rehabilitación del Mallorca, ese tránsito del infierno a la gloria.

Uno de los primeros puntos sobre los que se ha apoyado el nuevo equipo ha sido la fiabilidad de sus laterales. David Cortés y Poli han superado el período de adaptación y ya nadie discute su presencia en el once, porque los flancos están bien sellados. Con dos centrocampistas de largo recorrido por delante, los dos futbolistas procedentes del Extremadura se han especializado en la defensa y sus irrupciones en ataque son más bien escasas, entre otras cosas, porque no son necesarias. El partido ante el Betis les ha reforzado, porque fueron capaces de frenar lo incontenible.

Las primeras dudas sobre el rendimiento de Miquel Angel Nadal coincidieron con la hemorragia de derrotas de los baleares. «Recuperaré mi nivel», advirtió el de Manacor, y su sobriedad atrás en los tres últimos partidos le ha devuelto al Mallorca ese aspecto impenetrable que tuvo otrora. Además, Olaizola ha sido capaz de convertirse en su mejor socio "ha aprovechado la baja por sanción de Fernando Niño para hacerse un hueco en el equipo" y ahora Gregorio Manzano tiene una alternativa más.

Firmó un encuentro extraordinario en el Calderón como única referencia en el círculo central del equipo. Emergió en cada corte, apareció en todas las líneas de creación verdiblancas y abundó en las buenas maneras en el trato al balón que evidenció ante el Espanyol. Ahora el preparador andaluz ya sabe que puede fiar toda la contención al colombiano y dejar a Ariel Ibagaza por delante, con libertad de movimientos, porque Harold Lozano ya ha dejado de estar bajo sospecha.