Vista general de Cala Banyalbufar. | M. À. Cañellas

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Entre los rincones con encanto del verano en Mallorca desde donde contemplar una bonita e inolvidable puesta de sol, destaca sin duda Banyalbufar. Uno de los pueblos de montaña más pintorescos que, por su configuración y carácter, recuerda a los más agrestes del litoral. Sus casas de piedra en suave pendiente ante un mar de intenso azul combinan con un paisaje de bancales que constituye todo un hito en el pasado agrícola de Mallorca, en perfecta simbiosis con el entorno. Cala Banyalbufar está a 17 kilómetros de Valldemossa, situada entre Punta sa Galera y sa Pedra de s’Ase.

Este bellísimo entrante de mar de Serra de Tramuntana, en forma de uve, finaliza en una cala tranquila en la que destaca su longitud en proporción a su estrechez. Cantos rodados y gravas forman el talud que acogerá a los visitantes. La luminosidad que desprenden las porciones de sus acantilados verticales sin cubrir por mullidos pinos, doblegados por la acción eólica, aumenta por la claridad de su agua transparente, que invita al buceo. Las condiciones marinas y subacuáticas desaconsejan el fondeo de embarcaciones por su exposición a los vientos de componente oeste-noroeste-norte que encabrita el mar. Se recomienda al navegante que cale en Port des Canonge o en sa Galera, ya que ofrecen una mayor seguridad. Si el patrón continúa deseando anclar frente a esta playa, dispondrá de un fondo de grava y roca, a una profundidad que oscila entre tres y cinco metros. A 11,3 millas marinas se encuentra Port de Sóller.

El acceso por carretera es sencillo siguiendo la señalización viaria. Una vez en la localidad de Banyalbufar, se tomará la calla Major que conduce hasta esta cala. Desde hace un año ya no hay aparcamiento, por este motivo hay que tener cuidado a la hora de estacionar el coche ya que si no se hace de la forma adecuada puede conllevar una multa. Cabe la posibilidad de arribar mediante transporte público, cuya parada de autobús más cercana se halla a medio kilómetro de distancia. Las características descritas explican una afluencia mediana de bañistas locales y turistas.

Tierra de viñas de malvasía y de tomates de ramallet y de sabor a autenticidad local, aquí aún es posible saborear desde un genuino llonguet o un clásico pa amb oli en antiguos bares, que son el tradicional punto de encuentro local y vespertino. Cenar en uno de sus restaurantes es la experiencia más recomendable después de un baño en la cala, que se abre majestuosa bajo el acantilado desde donde mana una diminuta cascada ante un imponente fondo de cantos rodados.

Características

Servicios de socorrismo: Sí.
Duchas: No.
Lavabos: No.
Restaurantes: Sí.
¿Se puede llegar en transporte público?: Sí.