Los menores cada vez utilizan más el móvil. | Teresa Ayuga

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El uso del teléfono móvil por parte de los menores está suscitando mucha polémica. De hecho, esta misma semana se ha creado en Baleares el movimiento 'Adolescencia sin móvil', al que en poco más de 48 horas se han adherido más de 2.000 personas. Sus impulsores son Laura Moyà y Xim Fuster, que puntualizan que no está en contra de lo móviles. «Queremos que los chicos tengan su teléfono inteligente, por supuesto. Nuestro hijo lo tendrá en un un futuro, es un elemento más de socialización y positivo, pero dudamos que la edad adecuada para tener uno sea a los 12 años, cuando no tienes la suficiente madurez o background para usarlo alegremente», razona Fuster.

¿Cuál es la edad recomendad para que los menores tengan móvil? La coach de Salud Marga Almarcha expone que UNICEF recomienda que los niños de 0 a 6 años no deben utilizar pantallas, ya que no aporta ningún beneficio a su desarrollo. «Si como padres optamos por dejarles algún dispositivo, tendría que ser regulado por un adulto», puntualiza. Para los menores con edades comprendidas entre los 7-12 años, se aconseja una hora al día, siempre con un adulto delante para velar por su seguridad. No obstante, precisa que se deben evitar a la hora de las comidas, «no debe servir como distractor». En el caso de los que tienen entre 12 y 15 años, «lo ideal sería una hora y media, pero la realidad se impone dando por hecho que este tiempo es demasiado escaso, teniendo en cuneta que en la mayoría de los casos las clases son online».

Para los mayores de 16 años, la coach insta a «llegar a acuerdos para el uso de dispositivos ya que estamos ante una etapa de grandes cambios, donde la familia pasa a un segundo plano. Su vida social está íntimamente ligada al móvil, ya que su vida ocurre ahí. Como padres es importante acompañar a los adolescentes para que comprendan y tengan un pensamiento crítico sobre el uso que hacen y el contenido que visualizan».

¿Qué consecuencias puede tener un uso excesivo de dispositivos?

Almarcha advierte que realizar un uso indebido del móvil puede ocasionar problemas de salud, tanto para los menores como para los adultos. Además, recuerda que «el confinamiento de la pandemia motivó que utilizáramos las pantallas casi como un salvavidas» y subraya que, en muchos casos, ese uso excesivo se ha mantenido en el tiempo, dando lugar a problemas de salud. Los primeros que se notan son los oculares, generados por la falta de pestañeo y, además por la tendencia a abrir más los ojos para así ver mejor la pantalla; esto genera que estemos expuestos a una mayor cantidad de luz. Las personas mayores son más propensas a sufrirlo ya que de por sí, el paso de los años pasa factura a la vista. A la fatiga ocular, se le une la sequedad ocular y, en ocasiones, la visión borrosa. El uso excesivo del móvil también puede ocasionar dolores de cabeza y musculares.

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La coach puntualiza que «las personas que dedican un ratito al móvil antes de irse a dormir, pueden ver afectado su descanso, ya que evita la relajación y la conciliación del sueño». También advierte que el uso continuado de pantallas puede derivar en una falta de atención. «En niños y adolescentes todavía es más importante tenerlo en cuenta, ya que puede repercutir en su capacidad de aprendizaje». puntualiza. Además, señala que «dedicar muchas horas al móvil favorece el sedentarismo, que se asocia con un aumento de peso».

¿Cómo conciliar el bienestar con el uso del móvil?

Almarcha aconseja evitar lo máximo posible la sobreexposición al smartphone. «Emplea el tiempo de una forma eficiente para evitar estar más de lo necesario». Otra de sus recomendaciones es que el brillo de las pantallas esté lo más bajo posible. Además, señala que «es importante tener en cuenta la distancia y la altura a la que ponemos el móvil, para tener una mejor postura corporal».

En el caso de los niños, propone aplicar normas de uso y, sobre todo, es importante supervisar el contenido que ven; priorizar el aprendizaje antes del entretenimiento». A su modo de ver, también es fundamental evitar distraer a los niños con estos dispositivos para que coman o estén entretenidos. Si se trata de adolescentes, señala que es muy importante empatizar con ellos y sugiere acordar un uso responsable del móvil para evitar riesgos que pueden venir asociados a la navegación en la red. «Da ejemplo… si pides un uso responsable, como mamá y papá debes limitar su uso en determinadas situaciones como las comidas, las cenas, momentos en familia…», expone.

Almarcha concluye que «aunque vivamos en un mundo rodeados de pantallas es importante saber distribuir las horas de exposición y de descanso para que haya un equilibrio, una armonía donde la salud se vea cuidada de manera eficaz. Aunque resulte a veces complicado conseguir este equilibrio, es importante marcarnos rutinas que potencien un cambio de hábitos en el uso del móvil. Este cambio no sólo va a beneficiar a nuestra salud si no también a nuestro entorno, que se verá recompensado por nuestra presencia y nuestro tiempo».