Costa de la Seu. | Gaspar Valero

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La calle que desciende de la calle del Palau Reial a la plaza de la Reina, con el Palau de l’Almudaina a la izquierda y el Palau March a la derecha, tiene el nombre oficial de Costa de la Seu. Debajo de la placa oficial hay una baldosa de la rotulación de 1797 que dice «Costa de n'Adarró».

-Vell Professor, ¿quién era ese misterioso Adarró que dio nombre a una costa tan céntrica, con escalones y sin ninguna casa numerada?

-Escuchad, queridos alumnos, más que misterioso, es un auténtico desconocido, especialmente porque la familia Adarró se extinguió en el siglo XV. ¡Ha llovido desde entonces! Uno de los primeros que sistematizó la genealogía de la familia Adarró (o Aderró, que también así hemos visto escrito el apellido), estirpe hoy extinguida, como os digo, fue Joaquim M. Bover, en 1850, en su «Nobiliario mallorquín» .

-¿Qué dice Bover, profesor?

-Dice así: «Familia catalana que se estableció en Mallorca en tiempo de la conquista, pues en 1232 Arnaldo Adarró poseía tres yugadas en la alquería Benicatzar. Guerao Adarró, en 1322, fue jurado de dicha ciudad y reino por la clase de caballeros, y en 1343 fue uno de los diputados que, como representantes de las islas, prestaron juramento y homenaje al rey don Pedro. Ramón Adarró ‘domicello’, en 1366 era Baile general de aquel reino y en 1378 fue jurado del mismo por la clase de caballeros. Juan Adarró, en 1416, fue juez de la ‘Taula’, banco de Mallorca. Ramón Adarró, caballero principal, fue nombrado, en 1446, embajador de Mallorca en la corte de [la Corona de] Aragón. La subida a la catedral, en Mallorca, se llamó entonces Cuesta de n’Adarró».

-¡Uep, pues tan misterioso o desconocido no sería!

-No, no, ya os digo, en los siglos XIII y XIV los Adarró se situaban en lo más alto de la sociedad mallorquina.

-Debe tener, profesor, más datos, además de los de Bover.

-Sí, claro, pero no quiero aburriros con genealogías y detalles del tiempo de Maria Castaña.

-¡No, al contrario, conocer la historia de Mallorca no nos aburre nunca!

-Tenéis razón. Vale, pues, ahora empieza un bombardeo con mucha información:

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El genearca -el primero en la línea genealógica-, por tanto, fue Arnau Adarró, uno de los conquistadores de Mallorca, con Jaume I. Sin duda él fue también quien dio nombre a la costa. Según notas aportadas por Llorenç Pérez sabemos que en julio de 1232, Arnau Adarró era uno de los cuatro personajes delegados por el rey Jaime I para repartir los bienes de su porción, obtenidos en la Conquista, entre los Hombres o soldados de Barcelona. El 1 de marzo de 1241, este mismo Arnau Adarró, que ya tenía 2 ‘jovadas’ (yugadas) de tierra y huerto en la alquería Ortella, el obispo de Mallorca, Ramon de Torrella, le estableció una pieza de tierra y viña en la alquería Queimaritx (Caimari). Ya en la siguiente generación, el 1 de mayo de 1285, se firmó el testamento de Guerau Adarró; él quería ser enterrado en el monasterio de las Llagas de Sant Francesc en el ‘carner’ o tumba «que ha edificado en el patio junto al de Bernat Espanyol». Poco después, los viejos documentos recogen la figura de Ramon Adarró, que en 1290 era capiscol (chantre o canónigo encargado de dirigir los cantos) de la Seu de Mallorca; resulta que interviene en una cuestión de acequias y de reparto de agua en el Pla de Sant Llorenç, junto a la Real y Son Sardina. El mismo año, dicho Ramón, recibía mil sueldos anuales sobre los réditos de la alquería Benimala (actual Binibona). Al año siguiente, el eminente chantre firmó como testigo en el reconocimiento de las franquezas del reino de Mallorca que hizo Jaume II de Aragón con motivo de su coronación, unos años antes de entregar la isla a Jaume II de Mallorca . En 1298 este mismo chantre o cabiscol, que sería de ‘ronyó clos', formaba parte del grupo de clérigos que entraron violentamente en el convento de Sant Domingo reclamando el cadáver de la niña Maria Marquès ya que, según ellos, no podía ser enterrada en Sant Domingo.

Costa de la Seu (pintura de Miquel Mestre Font).

-Uff, ¡qué fuerte! ¡Sí, de ‘ronyó clos’ y genio y figura! ¡Vaya un carácter inflexible y violento, ete canónigo Ramon Adarró!

-¡Por supuesto, quien ‘havia de donar llum, donava fum’! ¡Contiuemos! Dicen que en 1303 Dalmau Adarró (¿o sería Guerau?) era el veguer de Fora (juez criminal de la Part Forana, con residencia en Sineu). Un poco más adelante, el 29 de agosto de 1310 Jaime II concedió 25 libras anuales a Guerau o Garau Adarró a cambio de tener a punto un caballo armado para la defensa de la isla. En 1325 Guerau Adarró, caballero, fue nombrado lugarteniente interino de Mallorca. El 23 de junio de 1332, el discreto Adarró [posiblemente todavía Guerau Adarró], en nombre del rey Jaime III, convocó a los caballeros de Mallorca a hacer muestra en el patio del castillo real (palacio de la Almudaina); allí acudieron todos los caballeros que tenían obligación de prestar un caballo armado, bien guarnicionado, para la defensa de la isla.

-Muy interesante el tema de las muestras de caballos armados... Por cierto, parece que Guerau o Garau es un apellido y aquí parece un nombre propio, de bautismo.

-Sí, es un nombre propio, muy usual en la Edad Media; podemos traducirlo, dice Moll, por Geraldo. ¡Aún tenemos más Adarrons! En junio de 1343, cuando la incorporación de Mallorca a la Corona de Aragón, uno de los caballeros que juró fidelidad a Pedro el Ceremonioso fue Guerau Adarró, que no sabemos si era el mismo que el de 1310 o un hijo suyo. También contamos con una mujer, bien documentada; la debían llamar 'Adarrona': Sor Margalida Adarró fue abadesa del convento de Santa Margalida de Palma (1344-1349). Magdalena de Quiroga nos recuerda su importancia y la de su familia: «Esta abadesa pertenecía a una de las primeras familias de la isla, que desde la conquista habían ocupado cargos principales. Su padre Guerau de Adarró había sido Jurado en 1322 por el estamento de caballeros y poco después lugarteniente del reino interino de 1325 a 1326, cargo que suponía el máximo rango en la sociedad isleña. De 1337 a 1345 fue Veguer de la Ciutat de Mallorques. De sus parientes sabemos que Pere Adarró figuraba entre los caballeros que en 1343 juraron homenaje a Pedro IV».

Costa de la Seu desde Can Cirera (foto Gaspar Valero).

Ahora continuaré con una información ciertamente digna de una novela de aventuras: Resulta que el 26 de abril de 1347 la mujer de Guerau Adarró fue acusada de acciones de espionaje a favor de Jaime III, en ese momento ya despojado de la soberanía de la isla; dice la carta del gobernador de Mallorca al rey Pedro el Ceremonioso, enemigo de Jaime III: «Molt alt, molt excel·lent e molt poderós príncep e mon senyor. Sàpia la vostra reial excel·lència que, dimarts a vespre, prop passat, fo a mi secretament denunciat que dues fembres devien anar al Senyor de Montpestler [Jaime de Montpeller, o sea, Jaime III], les quals hi trametien les mullers d’en Guerau Adarró, donzell, e d’en Poli Brondo, les quals fembres se devien recullir en un leny (barca) qui anava a Colliure e que metien escusa, que anaven a Santa Maria de Vallvert per romeria...». No sabemos cómo acabó la cosa, ¡pero la acusación era muy grave!

-Magnífico, Vell Professor... ya tenemos de todo... incluso espías de película!

-Vamos, jóvenes, tenemos que ir terminando. En cuanto a sus posesiones, el Secar de Son Pacs, en Son Sardina, en el siglo XV era denominado Son Adarró, y ocupaba la mayor parte de tierras situadas entre el camino de Passatemps y la carretera de Sóller hasta llegar, hacia el norte , a la Torre de n'Hug; a la derecha si vamos por el camino de Passatemps de Palma hacia Son Sardina.

-Son Adarró, un nombre completamente perdido. Quizás podemos acabar con alguna referencia a la Costa de la Seu o Costa de n'Adarró... recuerde que hemos empezado por ahí

-Sí, ¡así lo haremos! Tenemos la casa de los Adarró destruída para permitir el paso a la actual cuesta y reconstruyéndose de nuevo pegada al huerto de los dominicos... ah, y también otro elemento muy curioso: dos molinos de agua que, desde la calle Palau Reial, aprovechaban el desnivel entre Canamunt y Canavall para, con la fuerza del agua de la acequia, mover las muelas de los molinos y hacer harina!

-¡Esta sí que es buena! ¡’Da-li cebes’!

-Dice Diego Zaforteza Musoles: «La actual calle de la Seo en el s. XIV se llamó Costa de n’Adarró... Un miembro de esta família tuvo su casa pegada al Real Castillo y para dar paso hacia los dominicos se le derribó y se la construyó de nuevo pegada al huerto de dichos frailes dando fachada a la calle de la Seo. Podemos decir, por lo tanto que el de Adarró fue el primer nombre que llevó esta via después de la conquista». Uno de los documentos que aporta es el Capbreu d'en Manresa, de 1395: «Un alberg canonical amb son hort…, situat devant lo dit Castell Reyal, e davant lo carrer apellat la Costa de n’Adarró». Quizás se puedan intuir restos de la casa de Adarró antes de llegar al palacio March, a media cuesta, bajando a la derecha, donde en 1879 se inauguró un gran aljibe. A. Gorrias y R. Terradas, y también Rosselló Verger documentan que se aprovechaba el agua de la acequia de Baster para mover dos o tres molinos de agua, con dos construcciones, que molían –cuando había caudal– en la Costa de N’Adarró. Estos ingenios hidráulicos, que en 1309 eran de Guerau Adarró, acabarían siendo destruidos en el siglo xvii. En este sentido, dice Joaquim M. Bover en sus «Misceláneas» cuando habla de las aguas de Mallorca: «sobre los molinos de Gerardo [sic, así traduce Guerau] Adarró el uno bajo el jardín del Rey y el otro bajo la casa de dicho Gerardo (que es ahora cuesta de la Catedral, en aquella época llamada den Adarró)».