Tomeu Arbona, durante la entrevista.

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El cuarto capítulo de la serie de vídeos ¡Die Mallorquiner! presenta a Tomeu Arbona y la panadería tradicional del Fornet de la Soca en Palma. Allí, el isleño confía en la repostería elaborada a partir de recetas probadas. Huele a pan recién horneado, y sobre el mostrador se alinean numerosas delicias típicas mallorquinas: ensaimadas con sobrasada picante y albaricoques, tarta de almendras, coulant de chocolate o coca de trampó. Una larga cola de gente se forma en la puerta de la panadería con azulejos de colores. Con solo mirar las especialidades de repostería cuidadosamente elaboradas se te hace la boca agua.

Cualquiera que visite la panadería tradicional Fornet de la Soca, en el centro de Palma, tendrá mucho donde elegir. El mallorquín Tomeu Arbona está detrás del mostrador y recibe a sus clientes con una cálida sonrisa. Psicólogo y pedagogo social, este mallorquín originario de Fornalutx abrió la panadería Fornet de la Soca en 2010 como salida a la crisis económica. «Siempre he tenido una gran pasión por la repostería y especialmente por las recetas tradicionales», explica Tomeu Arbona. Junto con su mujer, María José Orero, acabó haciéndose cargo de la histórica panadería Forn del Teatre, en la Plaza Weyler, que antes había sido propiedad de otra familia mallorquina. Como parte de la serie de vídeos ¡Die Mallorquiner!, patrocinada por TUI y su TUI Care Foundation, la periodista de televisión alemana Sibylle Tiessen acompañó a Tomeu Arbona en su trabajo.

Los muebles antiguos, las vidrieras brillantes y todas las aromáticas creaciones evocan una atmósfera singular. El Fornet de la Soca es, sin duda, una panadería muy especial. Desde el principio, Tomeu Arbona y su equipo se han comprometido a revivir el arte tradicional mallorquín de la panadería.

Todas las especialidades se basan en recetas tradicionales. «Algunas las heredé de mi madre y mis tías, otras recetas proceden de registros históricos de monasterios y libros de cocina manuscritos, entre otras cosas. La cocina mallorquina tiene una larga tradición», explica el panadero Arbona. A partir de registros antiguos, Tomeu Arbona consiguió recuperar recetas casi olvidadas. Su especialidad es la repostería salada. «Cuando se trata de productos horneados, a menudo asumes que son dulces, pero también hay innumerables creaciones saladas», dice Arbona. Sólo en Fornet de la Soca se pueden probar 16 variantes de empanada. Los ingredientes y rellenos varían según la temporada. Destaca también, la tartaleta salada Flaó. Esta especialidad rellena de requesón y menta procede de la isla vecina, Ibiza, y tiene sus orígenes en la Edad Media.

El hecho de que algunas recetas hayan quedado en el olvido con el paso de los años tiene que ver con el auge del turismo en las islas, explica Tomeu Arbona. Hasta los años 70, la gente preparaba más o menos los mismos platos. Todo lo que venía de fuera se miraba de forma bastante crítica. Con el aumento del turismo, sin embargo, la gastronomía también cambió. «Desaparecieron de la carta platos muy conocidos y se sustituyeron por recetas internacionales como la pizza, los perritos calientes o las hamburguesas. Hay que mostrar a los visitantes internacionales lo que ofrece la cocina mallorquina», explica Arbona entre risas.

Además de la preparación tradicional, también concede gran importancia a los productos locales. Trabaja en estrecha colaboración con granjas y pequeños agricultores. Los utensilios de cocina, como tablas de cortar, tarros de conservas y tazas medidoras, también proceden de fabricantes mallorquines.

Fornet de la Soca cuenta ya con un total de 18 empleados. La producción y las ventas se llevan a cabo en el mismo lugar. El concepto es éxito, en los últimos años, Tomeu Arbona ha sido galardonado en varias ocasiones, por ejemplo, en 2019 como panadero del año por la guía gastronómica Ruta del Buen Pan.

Cuando Tomeu Arbona y su mujer María José Orero abrieron la panadería, inicialmente estaba en la calle Sant Jaume. A finales de 2018, la tienda se trasladó al Forn del Teatre, en la plaza Weyler. Una segunda sucursal en el histórico edificio residencial de Can Corbella, no lejos de la plaza del ayuntamiento, cerró el año pasado. Por otro lado, Tomeu Arbona y su equipo cocinan en eventos centrados en la cocina mallorquina. El maestro panadero explica: «No queríamos centrarnos en la cantidad, sino en preservar la calidad y la tradición».

Cooperación con TUI en apoyo de la industria turística: el proyecto de vídeo cuenta con el patrocinio del grupo turístico Tui, líder en Europa. La empresa se centra en el potencial del sector turístico como motor de desarrollo social, educación y prosperidad. La empresa promueve el turismo sostenible en cooperación con la población local.