Un 'allouche mosli' al estilo de Sir Lawrence de Arabia.

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Narraba el mítico héroe que «llegaban por fin dos sirvientes pasando con estrechuras entre los comensales y llevando el arroz y la carne en una bandeja de estaño de casi dos metros de longitud, que reposaba sobre un pie, a modo de enorme brasero. En toda la tribu había solo un recipiente tan grande y éste llevaba inscripción grabada en floridos caracteres árabes que decía ‘A la gloria de Dios y confiando en su última misericordia…’ El receptáculo estaba ahora repleto. El arroz blanco recubría los bordes y formaba un terraplén lleno de patas y costillas de cordero hasta rebosar…Allí humeaba abundantemente, mientras otros sirvientes transportaban pequeños calderos y tinas de cobre que concentraban la salsa del guiso que vertieron sobre el cráter de arroz…Luego de limpiarse las manos con un gran pañuelo tribal a manera de cortina, volvían los comensales a sentarse para tomar otra taza de té o un vaso de té azucarado…».


Así lo explica Lawrence de Arabia en su obra Los siete pilares de la sabiduría (1926), un libro que le muestra excelente narrador en sus correrías bélicas por el Oriente Medio durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), profundizando en el paisaje y la psicología de las gentes, sin olvidar algún rincón poético: «Te amaba, y por esta razón removí con mis manos aquellas mareas de hombres y tracé con estrellas mi voluntad en el cielo, para ganarte la libertad, la casa digna de ti, la casa de los siete pilares…».

Pero yendo a la mesa temática, veamos cómo preparar ese cordero al horno con arroz blanco para cuatro personas. Tomamos un kilo de carne y con un cuchillo hacemos en la misma algunas incisiones e introducimos en las mismas cuatro o cinco dientes de ajo. Luego cortamos dos tomates en rodajas, un limón en cuatro, dos pimientos verdes, limpios de la parte superior y las semillas, y lo colocamos todo en un plato para horno junto con la carne, aderezándolo con media cucharadita de pimienta negra molida, sal, unas pizcas de azafrán y cien gramos de mantequilla, bien repartida. Todo junto ha de cocer a buen fuego por espacio de una hora y de vez en cuando lo remojamos con un poco de agua. Serviremos la carne junto con medio kilo de arroz blanco.