El tejido de los bañadores es resistente y elástico pero delicado para los lavados. | Pixabay

TW
0

A pesar de que su composición se realiza con el fin de adaptarlos al agua, los bikinis y bañadores sufren con cada paso por la lavadora. Pues bien, la mayoría de prendas de baño están hechas con tela de Lycra. También conocida como elastano, este material es una fibra sintética que destaca por su resistencia y elasticidad. Sin embargo, son prendas delicadas que precisan un cuidado especial, diferente al resto del armario. Se estropean con el paso del tiempo, la exposición al sol, el cloro y el salitre, por lo tanto, su lavado debe ser muy particular.

En primer lugar, lo más recomendable es leer la etiqueta de su interior para comprobar las indicaciones del fabricante. En general, se pueden lavar tanto a máquina como a mano, pero nunca en la secadora ni utilizando suavizante. El lavado a mano es el tratamiento más recomendable y delicado con la prenda para mantenerla en buenas condiciones más tiempo. Antes de hacer la colada, se recomienda quitar las partes extraíbles y darles la vuelta. Lo más conveniente es minimizar el uso de la lavadora con los bañadores a una o dos veces por temporada, como podría ser una vez antes de guardarlos.

El proceso es muy sencillo, tan solo hay que llenar un barreño con agua fría y añadir un detergente para tejidos delicados. No hace falta frotar con ningún cepillo si no tiene manchas, ni tampoco es necesario retorcer la prenda para secarla, solamente habrá que tenderla a la sombra. En el caso de los bikinis blancos, si el objetivo es eliminar alguna mancha, lo mejor será dejarlos a remojo unos 20 minutos con lejía apta para prendas sensibles o un quitamanchas con oxígeno activo. Si optamos por usar la lavadora, lo mejor es elegir un programa corto y meter las prendas en una bolsa de tela de algodón.

Para prevenir su pérdida de color, es aconsejable aplicar la protección solar media hora antes de vestirnos con el bikini o bordeándolo con cuidado. Además, los expertos recomiendan lavarlo siempre tras su uso para que la sal y el cloro no se impregnen entre las fibras. De igual modo, está totalmente desaconsejado guardarlos húmedos. Un truco popular es sumergir el bañador en un cubo con sal y vinagre de limpieza para fijar los pigmentos y evitar que se destiña con el sol.