Ambiente de antiguo granero en esta zona que se ha decorado con espíritu otoñal. | Archivo

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Algunas casas tienen la suerte de contar con un espacio habitable – o parcialmente aprovechable– bajo el tejado. Suelen ser zonas oscuras, estrechas y poco atractivas. Pero, si se tratan adecuadamente y con una buena inversión para iluminarla y aislarla, pueden convertirse en la mejor habitación de la casa.

En Mallorca son pocos los edificios con tejados a dos aguas, en favor de las azoteas más mediterráneas, pero aun así encontramos alguno. En ellos lo más importante es contar con suficiente altura de techo. Si no, se suele cerrar la zona más baja para aprovecharla como espacio de almacenaje y ocupar el área central. En buhardillas oscuras se hace necesario abrir ventanas o tragaluces que permitan hacerlas habitables y siempre es conveniente aislarlas del exterior, tanto para el frío como para el calor. Cuando encontramos el techo cubierto por escayola una opción interesante es recuperar las antiguas vigas, de madera o metálicas, que aportarán un detalle arquitectónico muy atractivo.

¿Qué podemos hacer en ese espacio extra? Prácticamente lo que deseemos. Si hay adolescentes en la familia, ahí encontrarán su refugio ideal, donde aislarse a solas o con sus amigos, jugar a videojuegos, leer, hacer gimnasia o aburrirse lejos de sus padres. También la pareja puede hallar en el ático un rincón romántico alejado del resto de la familia. Si lo que se desea es disfrutar juntos, una zona de estar familiar quedará perfecta y si hay sitio de sobra, todo un apartamento.

Un planteamiento contemporáneo para esta buhardilla donde se ha establecido una zona de estar.

Las vigas vistas, la pared de tablones, el suelo y la chimenea de hierro aportan la personalidad rústica.

Contar con techos altos bajo el tejado es un lujo: puede organizarse todo un apartamento en la buhardilla.

Conviene aislar bien para el frío y el calor la zona si queremos contar con un ambiente confortable.