Miquel Obrador, en su pueblo natal de Felanitx. Su idea es trabajar en el entorno urbano y darle un soplo de aire fresco. | Assumpta Bassa

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Su contacto con ‘fora vila’, empezó siendo muy niño. Aprendió a amar la naturaleza y conoció el valor del sector primario junto a su padre. Ello le empujo a dedicarse profesionalmente al mundo de la jardinería y de esta manera estar en contacto con la tierra y con la naturaleza. Miquel Obrador Oliver (Felanitx, 1977) se define como un jardinero «de profesión y vocación».

Precisamente a través de este medio ha podido dar rienda suelta a su vena artística y creativa poniendo en marcha un sistema de jardín vertical. Una de sus creaciones está localizada en Costitx. Fue una propuesta experimental con plantas autóctonas que diseñó en 2019. «Ha sido muy positivo y es el empuje para poner en marcha mi reto de crear un corredor de jardines verticales en diferentes pueblos con plantas autóctonas como si habláramos de una ruta arqueológica».

Se trata una pared que incorpora un jardín con las plantas en vertical, que se puede instalar tanto en interiores como en exteriores al aire libre. Sus funcionalidades son varias. Así mejora el paisaje urbano, apuesta por la sostenibilidad con ahorro energético en cualquier edificio y aporta oxigeno.
Obrador cuenta como fue su contacto con este sistema. «La jardinería da mucho juego, permite dar forma a las plantas, las ves crecer, son vida. Personalmente siempre he querido ir más allá de lo convencional y apostar por la innovación. A lo largo de mi vida he trabajado en diversas empresas hasta que decidí ser autónomo y encaminar mi profesión a todo lo relacionado con las plantas autóctonas. Sin duda tienen una belleza imponente».

Explicó que «en 2018 entré en contacto con una empresa catalana que se dedica a este sistema de jardines verticales para ver como funcionaba. Hice un curso práctico y teórico y para mi fue una cosa muy innovadora. Visitamos hoteles donde emplean este sistema. Me pareció muy interesante y pensé que podía aplicarlo con nuestras plantas». Destacó que «un jardín vertical en movimiento puede ir cambiando de temática y permite trasladar un trozo de nuestra naturaleza a un espacio urbano. Aposté por una temática dedicada a la mujer con una intervención de floración liliáceas que se pueden encontrar en nuestros espacios naturales».

Este sistema además tiene un formato didáctico. «Se puede hacer una interpretación de las diferentes plantas que encontramos. Asimismo hemos observado que en momentos de floración se concentran algunos animales voladores como las abejas formando parte de este pequeño ecosistema con su polinización y otros tipos de pájaros también hacen acto de presencia». Trabaja para poder hacer realidad este sueño que «permitirá dar valor a nuestro patrimonio natural. En cada espacio se pondrían diferentes plantas para dar a conocer toda la gran flora que tenemos».