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Todo parecía de color de rosa en la vida de Ana García Obregón desde que nació su nieta, Ana Sandra, mediante la gestación subrogada, en marzo pasado y la actriz puedo comenzar a sonreír de nuevo. Habían pasado casi tres años desde la muerte de su único hijo, Aless Lecquio, un golpe que no había podido asimilar y del que la ha rescatado la pequeña, de nueve meses.

A partir de ese momento, todo ha sido alegría en casa de Ana: exclusivas para presentar a la niña, la publicación del libro El chico de las musarañas, escrito entre su hijo y ella, y una finalidad: el dinero recaudado por todas esas acciones iría a parar a la Fundación que lleva el nombre de su hijo y que, según ella, destina lo recogido a la investigación del cáncer, enfermedad que se llevó a su hijo en 2020.

Pero, no parece que la actriz haya cumplido del todo sus promesas. El portal Informalia ha publicado que no es cierto que todo el dinero recaudado por Ana (cuatro exclusivas, entre ellas, el bautizo de la pequeña el pasado día 15, y los derechos de venta del libro) haya ido a parar a la Fundación Aless Lecquio.

La actriz, de 68 años, ha confirmado buena parte de esta información. Ha reconocido a la periodista Lorena Vázquez en el programa Espejo público, que sí se ha quedado parte del monto cobrado, con un matiz: «He donado algunas exclusivas. No todas, porque ahora tengo una boca que alimentar».

El periodista Pepe del Real también ha transmitido sus palabras en Vamos a ver: «En cuanto al dinero de las exclusivas me dice que ese dinero todavía no lo ha aportado porque ella había hecho un adelanto de 30.000 euros para crear la Fundación y, aparte, había sorteado un bolso de su madre y una serie de donaciones que había hecho. De momento, dice que ese dinero que ella había adelantado se lo ha quedado y por eso no ha depositado el dinero que restaba de las exclusivas». El bolso en cuestión, un Chanel, produjo una ganancia superior a los 6.000 euros que la propia Ana se encargó de publicitar y que, por lo que parece, aún no ha llegado a su destino.

Asimismo, manifiesta Ana en relación con el libro (editado por Harper Collins), que ella ayudó a terminar porque su hijo murió mientras lo escribía, que si no ha aportado ninguna cantidad de dinero todavía es porque los derechos de autor de la obra no se computan hasta final de año, según Pepe del Real.

Hace unos días precisamente, Ana compartió un vídeo de agradecimiento por las ventas del libro, que, según ella, se ha convertido en el de no ficción más vendido en 2023. Y recordaba cuál sería el uso de lo ganado con él: "Gracias por haber convertido esta obra en el libro de no ficción MÁS VENDIDO DEL AÑO. Gracias, el nombre de mi hijo Aless.

Su sueño de publicarlo y que los beneficios se destinan a investigar el cáncer de niños y jóvenes a través de su @fundacionalesslequio se ha cumplido gracias a vosotros. ¿Qué mejor regalo de Navidad?", concluía llamando a que la gente lo compre.

Sí consta, según Informalia, que el único dinero que ha llegado a este organismo benéfico procede de su vicepresidente, el padre de Aless, Alessandro Lecquio, quien consiguió cuatro millones de euros de un donante anónimo y un local en el centro de Madrid que es la sede de la Fundación.

Desde que Aless murió, Ana anunció que cualquier acción que ella emprendiera iría destinada a alimentar los fondos de la Fundación, por lo que se ignora si realmente en estos años, esas ayudas han llegado, se han quedado por el camino o continuan en poder de Ana, a la espera de depositarlas.