Entre Jorge y Paula se generó una bella conexión.

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El sexo fue un tema tabú durante mucho tiempo, hoy sucede lo contario: resulta más extravagante la discreción que airear a los cuatro vientos las preferencias personales. Una vez más, este fenómeno sociológico quedó demostrado en una de las últimas citas de 'First Dates', que a menudo danzan entre lo fascinante, lo romántico y lo grotesco, protagonizada por Paula y Jorge, que dejaron constancia de la intensa conexión que se generó entre ellos, y es que parecían dos almas conectadas por ese famoso 'hilo rojo del destino'.

A su entrada, Paula dejó clara la vida sexual que desea: «Me gusta el número cuatro y me gustaría tener cuatro hijos, me gusta echar cuatro polvos al día o masturbarme cuatro veces al día si no hago el acto sexual», apuntó la cordobesa, que buscaba un hombre capaz de aguantar ese ritmo. «Lo que más valoro en una pareja es el sexo y que sea activo sexualmente. Es lo más importante para mí, más que cualquier otra cosa. Busco a un hombre que le encante el sexo como a mí».

Como atraído por las feromonas, apareció Jorge quien, si fuese alguna especia de ave tropical, hubiese entrado en el plató dando saltos y con el plumaje bien abierto. «Soy un chaval caliente, con buena vibra, que va a por todas. Busco una mujer que me respete, que me dé la tranquilidad que quiero y, sobre todo, que sea tan caliente como yo en la cama», son las palabras que escogió Jorge para presentarse ante la cámara. Toda una declaración de intenciones. Ya en la cena, Paula reafirmó que su «primer requisito en un chico es que sea activo sexualmente», a lo que Jorge le respondió: «En la cama soy un toro, al día lo puedo llegar a hacer dos o tres veces...». Jorge le preguntó sobre su comida favorita, "la pasta", ha respondido ella, que luego confesó: «A mí me encantaría echarlo en la cama, untarlo de macarrones con su salsa de tomate y chuparlo desde el dedo gordo del pie, hasta el último pelo de la cabeza, lo chuparía", ha desvelado. A pesar de no llegar a la nota de corte de Paula, la cita fue fantásticamente bien y ella, finalmente, le invitó a pasar la noche en un hotel. El amor triunfa de nuevo.