Valldemossa celebró su fiesta en honro a la Beata con el desfile del Carro Triomfal. | Pere Bota

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La tradicional fiesta en honor a Santa Catalina Tomàs se celebró ayer por la noche en Valldemossa. En esta edición se produjeron una serie de percances. Sobre las 22.30 horas, una de las mulas que tiraban del Carro Triomfal resbaló y al caerse pegó una coz en el muslo a uno de los menadors. Durante aproximadamente 20 minutos, la mula, tirada en el suelo, se resistió a levantarse y a seguir con la procesión, de manera que la organización se vio obligada a prescindir de ella y desengancharla junto con la mula que iba a su lado. Es la primera vez que sucede un hecho similar.

La Beateta fue representada por la pequeña María Vila Calafat de 6 años y su corte de angelets estuvo compuesta por Miguel Bonnín Oliver, Pep Xavi Azorín Campos, María Inés Morell Tur, Sofía Vairolertti Fleitas, Isabel Alorda Atanassova, Clara Morey Mulet, Joan Morey Torres, María Juan Segura, Neus Mulet Torres, Núria Morey Oliver, Àlex Coll Lort, Sara Castell Torres y Júlia Rosales Vidal, quienes desfilaron junto a ella montados en el Carro Triomfal.

Los encargados de la decoración del Carro Triomfal fueron Juan Mateu Ripoll, conocido en el pueblo con el apodo de Can Manitos y Miquel Boscana, quienes utilizaron rosas, claveles, bugambillas y gladiolos de vistosos colores para engalanar la carroza.

Poco antes de las 21.30 horas, cientos de vecinos y personas llegadas de toda Mallorca se reunieron delante de la iglesia de Sant Bartomeu para esperar la llegada del Carro Triomfal y el posterior encendido de luces, señal que indica el inicio de la procesión por las estrechas calles valldemossines.

Los menadors Jaume Salvà y Toni Mas dirigieron el recorrido del Carro Triomfal que iba seguido por 25 carretons, decorados con palmas, mirto y mata, en los que iban niños y niñas vestidos con el traje de  payés. La comitiva iba precedida por la Banda de Música de Montuïri, los xeremiers de sa Garriga y, como novedad este año, se unieron a la celebración, los xeremiers de la Escola de Música de Valldemossa, quienes se encargaron de alegrar el desfile con canciones populares.

La procesión fue encabezada por el Padrí de la Beata, representado por Gaspar Mas, quien recorrió las calles del pueblo montado en un burro portando una imagen de la santa. La primera parada se realizó frente al domicilio de la persona más mayor del pueblo, Catalina Ferrà, de 99 años, tal y como marca la tradición. La segunda parada tuvo lugar en la plaza Ramon Llull frente a las autoridades de Valldemossa, entre las que se encontraban el alcalde, Jaume Vila Mulet, el exalcalde, Nadal Torres y el regidor de fiestas, Jaume Mayol, entre otros cargos.  

Los niños que iban en los carretons lanzaban caramelos y confits al público que se acercó a disfrutar de la noche más especial de Valldemossa. Como ya es tradicional, los vecinos engalanaron las fachadas de sus casas, utilizando flores y hojas de palma, además de colocar ramas de pino en los portales.

Entre el numeroso público que abarrotaba las calles de Valldemossa, destacaba la presencia de muchos extranjeros, que seguían atentamente la evolución de la marcha.

Desde muy temprano, los valldemossins comenzaron a celebrar la fiesta en homenaje a Santa Catalina Tomàs. A las 10.30 horas, la Beateta, junto a su corte de angelets, recorrieron las calles, hasta la iglesia de Sant Bartomeu para asistir a la misa mayor.