Guillermo Sánchez, Gari Durán, Mateo Isern, Sandra Fernández, Antonio Cardona y Jesús Valls. | Eugenia Planas

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En la Plaza de Cort se dió inicio a las tradicionales fiestas de Sant Sebastià. En las calles adyacentes y en la plaza del Ajuntament  ya se notaba el carácter festivo en la actitud de los ciudadanos, en el olor a brasas y en las luces color del fuego en las fachadas vecinas.  Al calor de la multitud congregada para dar incio al programa de fiestas, políticos y ciudadanos se preparaban para honrar a su patrón con los elementos tradicionales y propios de nuestra tierra.

La fiesta comenzó con música y bailes que forman parte de nuestra historia. Actuaron en el corazón de la ciudad el grupo folklórico  Al-Riyad,  los Gegants y el pasacalles del Drac de na Coca con su portador, Vicenç Gallardo, orgulloso de que un año más, la colla de gegants de na Coca, presidida por un ufano Antoni Moyá, tuviera un papel relevante en una fiesta muy significativa. Pilar Torrebella, de protocolo del Ajuntament, presentó el acto central de la jornada ante la mirada del alcalde Mateo Isern y de los ediles de Cort.  Catalina Torrens “Pitusa”, propietaria del emblemático comercio palmesano Casa Roca, leyó el pregón de las fiestas y dio el pistoletazo de salida a un sinfín de actividades que, dentro del austero panorama que marca la difícil situación económica del país, se lleva a cabo con la mejor de las intenciones por parte del consistorio.

Así pues, los asistentes a la “festa des pregó” pudieron disfrutar de la actuación del grupo musical Baix’n’Nicotina y Aer.sol. Los foguerons, con las brasas encendidas, no esperaban torrades de botifarrons y sobrassadas, eran el símbolo de unas fiestas que culminan mañana.  El Drac de na Coca, los bailes y el público dieron calor a una noche donde la protagonista fue, sin duda, na Catalina Torrens, Pitusa