El alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigrós; Fina Santiago, Llorenç Huguet, Tomeu Català, Sebastià Taltavull, Bel Busquets, Juan Cifuentes y Fanny Tur. | Eugenia Planas

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La riada que se cobró trece víctimas el pasado 9 de octubre en el Llevant de Mallorca ha desatado innumerables muestras de solidaridad.

Una de ellas es el concierto ‘Música pel Llevant’, iniciativa de Projecte Home Balears, Universitat de les Illes Balears, la Consellería de Cultura del Govern y la Catedral de Mallorca, junto a entidades colaboradoras.

A beneficio de los damnificados por las inundaciones y en memoria de las víctimas, la Seu acogió el concierto solidario ofrecido por la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, bajo la batuta de Pablo Mielgo, y de la Coral Universitat de les Illes Balears, dirigida por Joan Company, contando con la intervención de la soprano Lisa Larsson y el barítono Enric Martínez-Castignani.

El programa del concierto fue de lo más atractivo. La Seu acogió las notas de Nänie , de Johanne Brahms; Cantique de Jean Racine , de Fauré, y el fascinante Réquiem, de Fauré.

El acto, que contó con la presencia de la vicepresidenta del Govern, Bel Busquets; la consellera de Serveis Socials, Fina Santiago; la consellera de Cultura, Fanny Tur; el rector de la UIB, Llorenç Huguet; el comandante general de Balears, Juan Cifuentes; el presidente de Projecte Home Balears, Tomeu Català; el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y el alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigrós, entre otras autoridades, fue multitudinario.

A pesar de la lluvia y el frío, mallorquines y extranjeros residentes en la Isla acudieron a la llamada de la solidaridad. Para los que no pudieron asistir pero desearon colaborar con la causa, se habilitó una Fila Zero para hacer donativos.

La recaudación del concierto irá destinada a los damnificados por la riada. El ambiente fue agridulce y emotiva fue la llegada a la Catedral de Mateu Puigrós, alcalde de Sant Llorenç, visiblemente afectado y a la vez emocionado, que recibió un afectuoso y sentido abrazo por parte de Tomeu Català.

El levante de Mallorca sintió el cariño de todo un pueblo simbolizado en las notas musicales y las voces que, esa noche, sonaron con más sentimiento que nunca.