Antònia Guillem, vestida de bombero en Palma. | A.Sepúlveda

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Antònia Guillem fue la primera bombera de la historia en formar parte del cuerpo de Bombers de Mallorca. Esta pionera en su oficio cuenta a Ultima Hora cómo fueron sus inicios en una profesión masculinizada y cómo cayó de pie para ir haciéndose fuerte dentro del parque de bomberos de Alcúdia. Sin embargo, no fue fácil. En el proceso tuvo que superar varios obstáculos como la pérdida de su padre o una grave enfermedad que le impidió realizar las pruebas físicas en dos ocasiones. A pesar de las dificultades consiguió sobreponerse y se convirtió en pionera en Mallorca y en un ejemplo a seguir para las futuras bomberas.

Usted fue la primera bombera de Bombers de Mallorca. ¿Cómo recuerda el primer día en el que entra en el parque?

Bueno, de eso han pasado ya bastantes años, pero la verdad que con mucha ilusión, sabiendo que eres la única y la primera. Estaba muy orgullosa y muy contenta. A día de hoy lo veo en perspectiva y creo que fue un gran paso para dar presencia a las mujeres en el gremio.

En la Isla los bomberos se dividen en los de Palma y los de Mallorca. ¿Ahora mismo en qué parque está?

Ahora mismo tengo plaza fija en el parque de Alcúdia, que forma parte del Consell de Mallorca. Hace unos años que estoy aquí y estoy muy contenta de la posición en la que actúo.

¿Por qué decidió hacerse bombera?

En aquel entonces estaba trabajando y me acerqué a las oficinas del INEM a ver si había algún curso que me pudiese gustar. Vi el de bombero voluntario y dije: ‘¿Por qué no? La verdad es que muy bien, me presenté allí en la sala de actos de General Riera. Fue muy gracioso porque se me acercó un compañero y me dijo: ‘¿Sabes que esto es para ser bombero?’ Le contesté que claro. Años después fuimos muy buenos compañeros durante mucho tiempo ya que coincidimos en el mismo parque.

¿Qué es un bombero voluntario?

Una de las formas para acceder al Consell de Mallorca era a través de haber realizado un curso de bombero voluntario, que luego te puntuaba a la hora de progresar dentro del cuerpo. Era un curso de 200 horas y con esto te podías desplazar al parque que se te habían asignado. Allí estabas con tus compañeros y trabajabas con ellos. El primer año solo podías hacer guardias de mañana y, poco a poco, ibas avanzando para hacer guardias de noche. Cada vigilancia te sumaba puntos y solo cobrabas si salías, en caso de no tener que actuar fuera del parque no recibía ninguna compensación económica. En este proceso estuvo poco más de un año. Son una especie de prácticas en las que aprendes muchísimo y te adaptas a la metodología.

Se hizo bombera en el año 1991. ¿Ha cambiado mucho el cuerpo de Bombers de Mallorca?

En infraestructuras, en vehículos, hay muchísimos más efectivos masculinos. Bomberas solo somos tres. Hace quince años entró Marga, que está en Manacor, y Lola hace dos o tres años que está en Felanitx. Seguimos siendo muy pocas, pero cada vez tengo la sensación de que más mujeres quieren formar parte del cuerpo. Poco más, el trabajo es el mismo pero hemos mejorado en cuanto a dotaciones. Se ha dado un gran paso en la mejora de las instalaciones, en este aspecto estamos muy contentos.

¿Fue duro siendo mujer entrar en un cuerpo lleno de hombres?

Más que duro, pero es un trabajo muy masculinizado. Ninguna mujer se había presentado y en las pruebas físicas me vino un hombre y me comentó que no podía presentarme, pero que si quería hacerlo tenía que hacer lo mismo que mis compañeros. Acepté encantada y aquí estoy, trabajando diariamente como Bombera de Mallorca.

Debe estar muy orgullosa de lo que ha conseguido....

Cuando teníamos la oposición para la plaza fija falleció mi padre y ese mismo año me detectaron un cáncer de mama. Además, mi hijo tenía cinco años y le detectaron una enfermedad rara en la sangre, entonces se me acumuló todo con la oposición. Tuve que guardar fuerzas para centrarme en algo. La pena de la pérdida de mi padre, al final es ley de vida, y me centré en mi hijo. He de decir que esta situación me ayudó muchísimo para salir adelante con todo y poder superar las oposiciones para obtener la plaza fija. Eso sí, tuve que pedir dos prórrogas para superar las pruebas físicas porque estaba débil, tanto física como mentalmente.

¿Qué le diría a todas aquellas mujeres que quieren opositar para bombera?

Que vayan siempre hacia delante. Cuando más complicado lo vean, más tienen que luchar por su sueño, porque son capaces de cumplirlo. También digo que cuantas más veces me decían que no, más fuerte me volvía. Les mando mucho ánimo y tenemos que luchar para que haya más mujeres en el cuerpo, que somos pocas y tenemos que hacernos notar.

¿Qué siente al ver que en todos los cuerpos de seguridad de Mallorca hay representación femenina?

Es un orgullo que la mujer esté representada en todos los cuerpos de seguridad. A mí me ha pasado ir a un siniestro y que un señor mayor que está atrapado en el interior de un coche me pregunte que a ver si le tengo que sacar yo. Hay que normalizar esa presencia femenina porque estamos capacitadas para ayudar en cualquier situación.