El mismo empresario que fue sancionado por el 'mamading' fue luego el denunciante del jefe de la Policía Local de Calvià. | Michel's

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«Era perverso». Los policías locales de Calvià que han pasado por el juicio a su antiguo jefe, José Antonio Navarro, en la Audiencia Provincial, han descrito en las sesiones el clima entre empresarios y bares de Magaluf que terminó en el estallido del caso de corrupción y que abonó el terreno al ‘caso Cursach’. «Todos los locales incumplían mucho las ordenanzas», explicó uno. Desde que el entonces alcalde, Carlos Delgado impulsó una normativa para luchar contra los tiqueteros, los dueños de los bares y pubs de la zona pasaron de cumplirla. Solo en los dos primeros años de vigencia cayeron 600.000 euros en sanciones. «Era la práctica habitual de todos los días. Era multirreincidentes», testificó otro.

En la sesión anterior, otro agente habló de la «competencia salvaje» entre empresarios de la zona. En este juicio y en el del ‘caso Cursach’ se ha visto que una de esas herramientas era denunciarse mutuamente. Como nadie cumplía, todos eran sancionados y todos decían ser perseguidos.

En 2014 estalló el escándalo del ‘mamading’: el vídeo en el que una turista borracha hacía un concurso de felaciones tras una excursión etílica. El Ajuntament sancionó con 50.000 euros y el cierre a Paul Smith, uno de los responsables de Carnage, la empresa que organizó la actividad que acabó en el vídeo que recorrió medio mundo. Su reacción fue denunciar los hechos que terminan en el juicio que se desarrolla ahora en la Audiencia. No ha aparecido para testificar. Está en el Reino Unido. Entregó el vídeo con la actuación de un perro policía en uno de sus locales, acusó a los agentes de haberle colocado una pepelina de droga para coaccionarle. En el juicio estos dos policías han acreditado que era una práctica habitual para manejar al animal y lo más probable es que hoy sean exculpados. Pasaron diez días en prisión.

Entonces fue detenido el jefe de la Policía Local e ingresó en prisión. Se le acusaba de no haber investigado el episodio de los perros. Al día siguiente, una antigua empleada de la empresa hostelera MCP fue a ver a la Guardia Civil. Sus jefes le habían denunciado por quedarse con 120.000 euros. Reveló que contrataban la asesoría laboral con Navarro y el jefe de la policía de Marratxí, Antonio Ledesma. Ambos centran el juicio. La Fiscalía ha intentado demostrar que influyeron para beneficiar a MCP y quitarle sanciones. Ocurre que esas multas no las ponía la policía sino un departamento municipal que, según relató en el juicio su responsable, estaba sobrepasado por el volumen de denuncias. En ese trasiego algunas se perdían por el camino. El responsable de la investigación de la Guardia Civil dijo que quedó a medias. Blanqueo detuvo a Cursach y este asunto se quedó aparcado. La Fiscalía decidirá este jueves si mantiene la acusación por cohecho a Navarro, Ledesma y los dos empresarios que les contrataron para llevar durante más de una década la gestoria. No tenían más clientes.