Los dos acusados, este viernes, en el juicio que se ha celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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La jueza ha preguntado este viernes en el juicio a la víctima de un atraco con cuchillo en el Parc de les Estacions si recuerda cuál de los dos acusados fue el que le atacó con el arma. El hombre se ha girado y ha señalado a uno de los dos enjuiciados, con un moño y camiseta blanca. «Al otro es al que le di las hostias», ha declarado mientras agitaba la mano derecha con la palma abierta.

El perjudicado ha recordado que el pasado 19 de julio por la mañana se encontraba tumbado en un banco del Parc de les Estacions mientras esperaba el autobús para ir a Sóller a trabajar. «Se acercaron a mí y me quitaron la cartera con 80 euros y el teléfono móvil». El perjudicado les alcanzó y uno de los acusados le acuchilló en la mano izquierda. La víctima se ha acercado a la magistrada para mostrarle la cicatriz de los once puntos de sutura que recibió.

El hombre llamó a la Policía Nacional y los persiguió hasta la casa okupada en la que se alojaban en la plaza de las Columnas de Pere Garau, en Palma. «Me decían todo el rato que me iban a matar», ha declarado el denunciante. Los agentes, que detuvieron a los dos sospechosos, de 24 y 25 años y origen argelino, encontraron numerosos cuchillos en la vivienda okupada en la que fueron arrestados, así como objetos procedentes de otros robos.

Los dos acusados, que se encuentran en prisión desde que fueron detenidos, han negado su participación en los hechos. Uno de ellos ha asegurado que vive en Valencia y que se encontraba en Mallorca de vacaciones. El joven ha afirmado que fue el denunciante el que les atacó con un bate de baseball.

«Nunca he estado en la cárcel, ni en Algeria ni en España. Llevo aquí cuatro años y nunca he tenido ningún problema. Me siento una víctima más que un acusado», ha señalado el presunto atracador entre lágrimas. «Mi madre murió mientras yo estaba en la cárcel», ha añadido.

El hombre, que no tiene papeles, ha comentado que el perjudicado iba borracho y que les pidió un cigarro. Su primo, también encausado, se ha desvinculado del atraco. «Yo no soy ningún ladrón, no he venido aquí para robar. He venido para trabajar y ayudar a mi familia».

La Fiscalía reclama para cada uno de ellos un delito de cinco años de cárcel y que sean expulsados de España durante una década cuando cumplan una parte de la condena.