El jefe de Homicidios, Martín Cuervo, junto a los restos de sangre de los dos chinos asesinados en Son Banya en 2001.

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Había caído la noche en el poblado gitano de Son Banya aquel 6 de enero de 2001, Noche de Reyes, cuando dos narcos chinos se adentraron en sus callejuelas, para vender tres kilos de cocaína a los clanes gitanos. Nunca salieron con vida. Los ejecutaron de un tiro en la cabeza y quemaron sus cuerpos, para borrar las huellas. Esta es la crónica de un doble crimen que conmocionó Palma hace ahora 22 años.

Los bomberos retiran los restos mortales de los dos asiáticos ejecutados.

Era poco después de las ocho de la noche y la Policía Local de Palma fue alertada de que una caseta abandonada, frente al poblado gitano, estaba en llamas. Se trataba de algo habitual que los toxicómanos provocaran incendios en Son Banya, así que el servicio fue calificado de rutinario. Cuando los bomberos llegaron, sin embargo, repararon en unas extrañas manchas de sangre. Pensaron que habían sido sacrificado ilegalmente un cerdo, pero el reguero conducía a la caseta en llamas. Una vez dentro, apareció un cadáver carbonizado y no muy lejos, otro.

La comisión judicial investigando el doble crimen de Son Banya.

El jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, Martín Cuervo, se hizo cargo de la investigación y la caseta fue precintada. No muy lejos se halló un BMW con el que habían llegado al poblado las dos víctimas, minutos a antes. Se trataba de dos asiáticos vinculados con la mafia de su país, que llegaron a Son Banya con una bolsa que contenía tres kilos de cocaína de gran pureza. Un regalo de Reyes demasiado irresistible para 'El Pancho', su mujer y 'El Jeromo'.

La policía inspecciona el BMW precintado de las víctimas.

Los dos chinos fueron acorralados y antes de que pudieran reaccionar recibieron sendos disparos a corta distancia, en la cabeza, con una pistola de pequeño calibre. Después, sacaron sus cuerpos del poblado y en la caseta de enfrente los calcinaron con gasolina, para borrar las huellas. Las llamas se propagaron al resto del inmueble, que quedó devastado. Nada más tener conocimiento de lo ocurrido, la mafia china puso precio a los implicados. La policía, pues, tuvo que emplearse a fondo para evitar un nuevo baño de sangre entre sicarios asiáticos y clanes gitanos.

Uno de los detenidos por el doble crimen de Son Banya.

Poco a poco, los encubridores del doble crimen y los autores materiales fueron detenidos en Palma y en Madrid, a donde alguno de ellos había huido. Los tres principales acusados fueron juzgados por un jurado popular, que determinó que eran culpables. Pero el asunto no quedó allí. Dos meses después, en Son Gotleu, apareció tiroteado y asesinado un menor llamado Ángel. Una noche de sábado el adolescente salió con su novia y sus amigos, y visitó la Fira del Ram. Después acompañó a la chica a su casa, que vivía cerca de Son Gotleu, y esta fue la última vez que fue visto con vida. Luego, apareció tiroteado. Era hijo de 'La Balbina' y sobrino de 'El Jeromo', detenido por el doble crimen de los chinos.