Solo el tribunal hizo preguntas a Carrau, cuya declaración estaba muy acotada a un detalle del caso. | ALEX SEPULVEDA

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El TSJIB fue estricto. La declaración del fiscal Juan Carrau en el juicio a su antiguo compañero Miguel Ángel Subirán y el juez Manuel Penalva apenas duró diez minutos. Solo hubo preguntas del tribunal para aclarar la duda que surgió durante la declaración de otra testigo. Carrau la resolvió en el sentido contrario a los intereses de los acusados. Él no estuvo en la vistilla de medidas cautelares del comisario de la Policía Local Rafael Estarellas en la que éste y la abogada que le asistió, que también es su mujer, afirman que fue coaccionado por Penalva y Subirán. Carrau, eso sí, tuvo espacio para dejar una cosa clara: el fiscal designado por Anticorrupción para las Cursach y ORA. «El fiscal Subirán estaba encargado desde octubre de 2014. A mí me designaron para ayudarle en noviembre de 2017 junto a otra fiscal».

También dijo otra cosa Carrau, fuera del guion fijado por el tribunal. Al ser preguntado si tenía amistad o enemistad con los acusados, señaló: «El letrado, señor Barinaga, ha firmado varias denuncias contra mí pero están archivadas y no tengo motivo de amistad».

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La presencia de Carrau se produjo después de que la defensa de Penalva y Subirán insistiera en su presencia en la vistilla en torno a Estarellas. El comisario y su mujer declararon en el juicio que, antes de ese acto, Penalva y Subirán se les acercaron y el juez le ofreció el sobreseimiento de la causa en su contra si declaraba en contra de Álvaro Gijón y José María Rodríguez. Como no lo hizo, señaló que Penalva le advirtió: «Atente a las consecuencias». Terminó imputado en tres causas más. La Fiscalía califica ese episodio como un delito de obstrucción a la Justicia por el que reclama una condena de dos años y medio de prisión.

El tribunal mostró a Carrau el acta de esas declaraciones, la única pregunta declarada útil. «No está mi firma y las preguntas que formula el fiscal no las hice yo. Ese mismo día sí estuve en dos declaraciones de policías investigados. Es posible que me pidieran que asistiera por algún motivo de calendario», dijo sobre la declaración, pero no en la vistilla posterior, que coincide con la versión dada por los testigos que declararon contra Penalva y Subirán. También explicó un escrito que firmó en el ‘caso ORA’ en el que se oponía al archivo del caso. «Ese informe lo hice yo en sustitución del fiscal que estaba asignado. Estoy casi convencido que lo hice por una ausencia del encargado del asunto (Subirán). El único argumento es que no procedía pronunciarse sobre el sobreseimiento porque aún no había terminado la investigación», dijo.

El resto de testigos de la jornada formaban parte de los propuestos por las defensas para intentar acerditar que sí había indicios para detener en el ‘caso ORA’. Entre los que declaró estuvo el antiguo gerente del IME, el instituto de deportes del Ajuntament de Palma. De una denuncia suya surgió esa causa que terminó con una conformidad y una condena menor. Afirmó que la empresa de Antoni Roig recibía un trato a favor, aunque las acusaciones hicieron ver que esa comparecencia se produjo cuando ya había estallado el ‘caso ORA’. También compareció una funcionaria del juzgado de Instrucción 12, que dijo no haber visto nada extraño en las declaraciones que presidía Penalva y que estas transcurrían con normalidad a pesar de que estuvo solo en unas pocas.