Pau Rigo, conocido como el jubilado de Porreres, este martes en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Más entero de lo esperado y con una lucidez envidiable. Así se ha presentado este martes en la Audiencia Provincial de Palma Pau Rigo, el jubilado de Porreres que acabó con la vida de uno de los asaltantes de su casa en febrero de 2018. El hombre, que tiene ahora 83 años, ha defendido su actuación: «Hice lo que tenía que hacer y quiero que se reconoza. No tenía otra salida», ha explicado durante una extensa declaración. La Fiscalía solicita para él cuatro años de prisión.

Pau, visiblemente afectado cada vez que rememoraba la escena, ha relatado el calvario vivido durante el asalto de los hermanos Escobar. «Recuerdo que era un día normal. Iba a salir de casa y me abordaron dos encapuchados, me agarraron del cuello y me taparon la boca», ha dicho. Después de esto se fueron directos acompañados por él a por la caja fuerte. Pensaban que se encontrarían 200.000 euros, pero nada más lejos de la realidad. Esto enfureció a los ladrones, que buscaban el resto del dinero por toda la casa.

El anciano había sufrido meses antes de este episodio otro violento robo en casa, que no denunció por miedo. «Me dijeron que iban a matar a mi familia, me nombraron a mis nietos», ha recordado. Este hecho le hizo coger la escopeta de caza que tenía en una de las habitaciones mientras los ladrones buscaban el dinero. Cuando los delincuentes subieron las escaleras, Pau le estaba esperando. «El miedo me superó y cogí la escopeta para ver si así se iban de mi casa. Lo hice para evitar que nos golpearon a mi mujer a y mí, pero no huyeron. Se echaron encima mía y disparé. Me obligaron a hacer algo», ha explicado. Después de ahí uno de ellos le agredió.

Durante su testimonio, el anciando imputado ha soltado una enigmática frase. «Me han dicho que cuando acabe el juicio me van a liquidar». Cuestionado por el fiscal que quién le había amenazado así ha rechazado desvelar la identidad del autor.

El imputado también ha reconocido que uno de los encausados, 'Pep Merda', sabía que guardaba una importante cantidad de dinero en casa después de haber vendido una empresa que tenía de máquinas recreativas. Pep y Marcos, otro de los enjuiciados por el robo, planearon el asalto y reclutaron a los hermanos Escobar, dos colombianos. Uno perdió la vida en el robo, mientras que el otro, en prisión por otros asuntos, ha recordado el suceso y ha explicado cómo acabaron formando parte del plan de Pep y Marcos. «Querían robar en una casa y necesitaban gente. Me dijeron que ya lo habían hecho antes y que no me preocupara de nada», ha expuesto. Freddy, así se le conoce al imputado, ha descargado la culpa en Pau Rigo: «Él no quería matar a mi hermano, lo provoqué yo. Mi hermano no era un atracador, él solo venía conmigo. Es por esto que me entregué, para que se supiera toda la verdad», ha zanjado.