El procesado, en prisión desde poco después de que cometiera los delitos, ha dado el visto bueno al acuerdo alcanzado por su defensa, ejercida por la abogada Margarita Toro, con la acusación pública antes de iniciarse la vista.
El inicio de la espiral delictiva del ladrón se remonta a la madrugada del 5 de abril. Esa noche forzó la entrada del bar en el campo de fútbol de La Unión y se apoderó de 400 euros en monedas. Dos horas después hizo lo propio en el de la Penya Arrabal, aunque allí no pudo hacerse con nada. Tras esto se marchó a una tienda de deportes de la calle Son Bessó y se apoderó de siete palas de pádel.
Dos días más tarde, sobre las 19.30 horas, se internó en el polideportivo municipal de Son Ferriol violentando la puerta, sin que quedase acreditado que se llevase nada. Al salir de las instalaciones deportivas acudió a un bar y se llevó 800 euros del cajetín del futbolín. Horas después, ya de madrugada, se personó en otro bar de la calle Alexandre Laborde y se hizo con otros 800 euros que halló en la caja registradora y en un mueble, así como cajetillas de tabaco. La voracidad del delincuente no paró y el 11 de abril volvió a la carga en dos restaurantes de la capital balear, donde, como siempre, tras forzar la entrada se hizo con distintas cantidades de dinero en efectivo.
La Policía Nacional arrestó al ladrón días después y el juez de guardia ordenó su ingreso en prisión, donde se encuentra desde ese día. Este lunes ha reconocido la autoría de todos estos hechos. El varón tendrá que indemnizar con distintas cantidades a los afectados. Tras la conformidad alcanzada, el magistrado de lo Penal número 3 ha dictado sentencia en el mismo acto.
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No el tanqueu, per favor, que ha vengut a pagar-mos ses pensions. El necessitam.