El acusado, este jueves, en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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-¿Sabe usted que el lugar en el que buceaba corresponde a un yacimiento arqueológico?, ¿un barco sumergido?-preguntó ayer la fiscal a un hombre, de 52 años y nacionalidad alemana, acusado de robar en el pecio romano de Ses Llumetes, en Porto Cristo, a finales de enero de 2019.
-Yo no vi ningún barco.
-¿Sabía que el lugar tenía un valor arqueológico?- insistió la representante del Ministerio Público.
-Un par de meses antes estuve en la playa y un policía me explicó que 50 metros más allá de la orilla había un esqueleto de un barco y que no podíamos ir hasta allí con aparatos detectores de metal. Nos dijo que podíamos buscar hasta que el agua nos llegara al cuello.

La acusación pública sostiene que el submarinista se apropió de tres piezas de plomo y una de cerámica del barco del siglo I dC que naufragó en la costa cargado de ánfaros, lamparillas, vino y aceite y pide una condena de dos años de cárcel para el hombre. Los daños causados en el pecio tras el expolio han sido tasados por el Consell de Mallorca en 11.900 euros.

El submarinista alemán fue detenido por la Guardia Civil cuando salía del agua con tres piezas de plomo y una de cerámica que pertenecían a la embarcación de época romana descubierta en los años 50. «Encontré los trozos de metal y la pieza de cerámica al lado de la playa, hay por todo», explicó el enjuiciado ante la jueza de lo Penal 2 de Palma.
-No es cierto que lo encontró en el esqueleto de ese barco?- insistió la fiscal.
-No. Me quedé muy sorprendido al ver tanta gente cuando salía del agua.

Un hombre niega en el juicio haber robado en el pecio romano de Porto Cristo
Un arqueólogo en el pecio romano de Ses Llumetes, en Porto Cristo.

Un guardia civil que realizó una inspección ocular en el barco un día después encontró una bolsa que llevaba el hombre con monedas y clavos del barco romano. «Aquello estaba levantado y destrozado», recordó este jueves el agente. Un perito aseguró que no había duda de que la pieza de cerámica y en especial los clavos provenían del yacimiento arqueológico.

«Los clavos que examiné forman parte de la estructura del barco. Si se hubieran desprendido estarían troceados. Hacer los agujeros, extraer esas piezas y dañar el yacimiento de época romana es un expolio», comentó el especialista, que reconoció que ses Llumetes ha sido objeto de expolios continuados a lo largo de las décadas.