Imagen de un Spyker C8 Aileron de color blanco como el que se apropió el acusado.

Imagen de un Spyker C8 Aileron de color blanco como el que se apropió el acusado. | R. S.

Guillermo EstebanPalma28/06/23 12:16
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El Spyker C8 Aileron, un superdeportivo exclusivo y exótico de 400 caballos, lo alquilaba una empresa de coches de lujo de Mallorca. Su administrador y socio único contactó con un concesionario holandés el 14 de noviembre de 2014 para que le cediera el vehículo, de color blanco, mediante un contrato de compraventa. El empresario no cumplió con el contrato y decidió venderlo por 120.000 euros. Este miércoles, en la Audiencia Provincial de Palma, se ha declarado culpable de un delito de apropiación indebida y ha aceptado una condena de dos años de cárcel y una multa de 360 euros.

El acusado no ingresará en prisión tras comprometerse a recuperar el vehículo en un plazo de un año. En caso de que no lo consiga deberá abonar 200.000 euros de indemnización a su propietario, que ha sido representado por el abogado Tomeu Salas, en los próximos dos años.

La cesión, indica el escrito del Ministerio Público, tenía por objeto que la compradora lo explotara comercialmente mediante el alquiler, acordándose el reparto con la vendedora de los beneficios netos cada tres meses. La empresa de alquiler de coches de la Isla tenía la obligación de mantener el lujoso coche «en perfecto estado de uso y conversación». Para la fijación de los rendimientos netos solo se deduciría el importe de los impuestos derivados de la explotación del Spyker C8 Aileron.

El acusado, durante el juicio.

Desde ese momento, la propiedad del automóvil se transfería. Se fijó un precio: 75.000 euros que la compradora debía abonar en un máximo de tres años desde la celebración del contrato. El vehículo lo debía devolver a la empresa si no cumplía con el pago en ese plazo. El 1 de agosto de 2018, cuando ya habían transcurrido más de tres años desde la firma del contrato, la empresa de alquiler de coches de Mallorca no había abonado el precio íntegro.

El responsable de la empresa de alquiler de coches, «aprovechando que en los archivos de la Dirección General de Tráfico constaba la titularidad del automóvil a su nombre», lo vendió por 120.000 euros. El superdeportivo ha sido localizado en una tienda de compraventa de España. Ahora solo falta que el acusado consiga recuperarlo.