La acusada permaneció engrilletada durante el juicio por expresa petición de la Policía Nacional. | Alejandro Sepúlveda
La mujer acusada de atacar, insultar y amenazar a sacerdotes en Palma se ha acogido este lunes a su derecho a no declarar, en el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial. «No quiero declarar», ha dicho la acusada Merlinda M. que ha comparecido en el juicio engrilletada por expresa recomendación de la Policía Nacional.
La Fiscalía solicita para ella una pena de cinco años y medios de prisión, 17 años y medio de internamiento médico y cerca de 900 euros de multa por diversos episodios de ataques a sacerdotes y personal del Obispado de Mallorca entre los años 2018 y 2021. Durante este período la mujer habría acumulado hasta 25 presuntos delitos de amenazas, robo con violencia, daños, maltrato y contra los sentimientos religiosos.
Durante la vista oral han comparecido varios testigos que han relatado algunos de estos ataques contra la Iglesia. Uno de los trabajadores del Obispado de Mallorca ha explicado que en 2018 la acusada se presentó en las oficinas para solicitar una visita con el vicario general: «Al explicarle que debía pedir cita previa se quedó sentada en el sofá y la policía la tuvo que desalojar. Después de un rato volvió y subió hasta el primer piso donde empezó a golpear una puerta y a gritar: «Eres el demonio, arderás en el infierno. Yo te condeno». Estaba fuera de si, con los ojos ensangrentados».
El párroco de la iglesia de Sant Sebastià en Palma también ha relatado que la mujer ha mantenido un «acoso constante» a la parroquia y ha detallado algunas de las amenazas: «Te voy a condenar, no eres sacerdote, eres el anticristo». Según ha explicado, la mujer habría llegado a pegarle con la cadena de su perro mientras caminaba por la calle e incluso le habría tirado el agua de una botella.
6 comentarios
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Suscribo lo dicho por Quasimodo
Que l'Església la perdoni, com bons catòlics. HAHAHAHA
Es una persona enferma... Que parte no se entiende?
Au!! Mallorquins a pagar!!
Pregunta: y porque no se la expulsa de por vida?. Aquí no la necesitamos para nada, que se vaya con su paranoia a Cuba y nos deje tranquilos. Oído jueces?.
Cárcel no, pero lo que hay que hacer es ingresarla en un psiquiátrico y medicarla para ver si así puede llegar a hacer vida normal. Lo que no pueden hacer es dejarla en libertad cada vez que la detienen porque el día menos pensado en uno de sus brotes matará a algún párroco.