El detenido por la muerte de Sebastián Femenías, a la izquierda con una camiseta de Chicago Bulls, en los juzgados.  | Alejandro Sepúlveda

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La presión del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional sobre el agresor de Cala Major ha sido determinante para conseguir que el agresor se entregara. Los agentes vigilaban a los allegados del joven durante las 24 horas. El sospechoso intentó pasar desapercibido, pero fruto de este marcaje, según informó este viernes la Jefatura Superior en una nota de prensa, se consiguió que acudiera este jueves a las dependencias policiales. El juez de Instrucción 7, de guardia, dictó prisión provisional apar el joven.

El agresor, que no tiene antecedentes policiales, se cambió de domicilio junto con su entorno familiar, lo que dificultó su detención. Los investigadores están a la espera del resultado final de la autopsia para determinar la causa exacta del fallecimiento de Sebastián. Los amigos del agresor podrían ser arrestados en las próximas horas como cómplices. También estuvieron allí.

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El joven que mató a un hombre de una patada en la cabeza en la discoteca Rockefeller’s de Cala Major se presentó este jueves por la mañana, vestido con un chándal rojo de los Chicago Bulls, en la Jefatura Superior de la Policía Nacional, acompañado por su abogado, Juan Carlos Peiró. El agresor, de 25 años y nacionalidad española, no pudo soportar la presión policial y se entregó trece días después de propinar la patada que causó la muerte a Sebastián Femenías, un cocinero de 34 años. El autor de la agresión quedó detenido por un presunto delito de homicidio y explicó a los investigadores que sólo apartó con el pie a la víctima cuando estaba sentado en las escaleras del establecimiento. No tuvo intención de matarlo.

Los hechos ocurrieron la noche de San Juan minutos antes de las 6.00 horas. Sebastián Femenías estaba en las escaleras de acceso al Rockefeller’s y, de repente, recibió una patada a la altura del cuello que lo dejó en el suelo. Inconsciente. Algunos testigos y el personal de seguridad del local trataron de auxiliarlo mientras que el agresor y al menos tres amigos escaparon. La Policía Nacional y la Policía Local fueron alertadas de lo sucedido y todas las patrullas disponibles se dirigieron hacia el establecimiento junto a dos ambulancias. Los equipos de emergencias consiguieron remontar la crítica situación, pero poco después la víctima volvió a entrar en parada cardiorrespiratoria y no reaccionaba. De nuevo le practicaron técnicas de reanimación y consiguieron recuperarlo por segunda vez.

El perjudicado fue trasladado con carácter de urgencia al hospital Son Espases, en Palma, donde quedó ingresado en la UCI y el domingo 26 de junio, por la noche, acabó falleciendo como consecuencia de las lesiones. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y tras realizar numerosas gestiones y entrevistarse con varios testigos consiguió identificar al agresor.