Despliegue policial. Numerosos efectivos de la Jefatura de Policía se trasladaron al piso de la barriada de es Fortí, en Palma, nada más tenerse conocimiento de que un joven armado había encañonado a una patrulla. Los vecinos fueron los que dieron la voz de alarma al escuchar los gritos de la pelea familiar. | A.S.

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Máxima tensión en es Fortí. Un joven de 24 años fue detenido en la medianoche de este sábado después de agredir a su madre en aquella barriada palmesana y encañonar con una pistola a los policías nacionales que iban a detenerlo. Los agentes tuvieron que desenfundar sus armas y se vivieron momentos críticos.

Tal y como adelantó en su web Ultima Hora, los hechos ocurrieron a las doce de la noche en un piso de es Fortí, cuando numerosos vecinos empezaron a llamar al 091 y a los servicios de emergencia por una violenta pelea familiar en uno de los domicilios. La primera patrulla que llegó se encontró con que una mujer, muy asustada, corría hacía ellos: «Menos mal que habéis venido». La señora les contó que su hijo tiene un carácter muy violento y la maltrata.

Familia dentro

Dentro del piso se encontraba el sospechoso, que estaba fuera de sí, su mujer y sus hijos pequeños, que lloraban muy nerviosos. Según confirmaron los agentes, el chico había tenido un ataque violento y había cogido por el cuello a su progenitora, que consiguió huir a la calle mientras pedía ayuda. Ante el riesgo de que la otra mujer y los menores estuvieran en peligro, los funcionarios corrieron al interior de la casa y fue entonces cuando se encontraron con el sospechoso, en medio del pasillo.

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Llevaba una pistola en una mano y al ver a los policías los encañonó con el arma. Los agentes hicieron gala de una extraordinaria sangre fría y profesionalidad y a pesar de que también habían desenfundado sus pistolas, no llegaron a disparar. Fueron segundos de máxima tensión, en los que los funcionarios le gritaban al chico que tirara el arma y se tumbara en el suelo. Sin embargo, el acusado no reaccionaba y seguía con su actitud desafiante. «Podría haber ocurrido cualquier cosa. Apuntar a la policía es un hecho gravísimo porque los agentes no sabían si el arma era real o simulada, así que aquello podría haber acabado en tragedia», reconoció una fuente policial a este periódico.

Se atrinchera

A continuación, el joven se escondió en una de las habitaciones y se atrincheró. Los agentes, en primer lugar, confirmaron que su esposa y sus hijos estaban bien y después los sacaron a la calle por si la situación se complicaba aún más. Numerosos vecinos se asomaron por las ventanas para interesarse por lo que estaba ocurriendo en ese edificio, mientras llegaban patrullas de refuerzo.

Al final, el sospechoso fue reducido y lo trasladaron a la Jefatura policial. No era consciente de lo cerca que estuvo de ser abatido.

Cuando el joven se atrincheró en una de las habitaciones de la casa, tras enfrentarse temerariamente con la policía en el pasillo, armado con una pistola, los agentes decidieron esperar refuerzos y pedir material antidisturbios. Finalmente, entraron en el cuarto con escudos especiales por si el sospechoso disparaba y pudieron reducirlo. Cuando le intervinieron la pistola, confirmaron que era de aire comprimido, aunque a simple vista parecía real. Fue requisada y los agentes buscaron en la casa por si escondía otras armas, aunque parece ser que no encontraron más. En las próximas horas, el detenido será puesto a disposición judicial en Vía Alemania.