El acusado, custodiado por un agente de la Policía Nacional en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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El ladrón de almendras. Un hombre ha sido condenado a siete meses de cárcel por robar más de 700 kilos de almendras en una finca de Inca en 2015. El acusado, español de 35 años, se declaró culpable de un delito continuado de hurto en el juicio celebrado ayer en Palma.

Los hechos se remontan a la madrugada del 19 de septiembre en Campanet. Miguel Ángel M. se dirigió a una finca en la que había una furgoneta Ford Transit aparcada en la cochera con las llaves puestas en la cerradura.

El hombre se apoderó del vehículo y se desplazó hasta una finca rural de Inca, donde sustrajo varios sacos de almendras que dejó en un camino cerca de la vía de servicio de la Ma-13 de Campanet. A continuación, fue a la Cooperativa Pagesa de Mallorca, en Inca, y vendió 412 kilos por 723 euros. Ese día, Miguel Ángel M. no pudo realizar más viajes para vender los frutos secos porque una de las ruedas de la furgoneta reventó a causa del peso que había soportado.

El ladrón pidió ayuda a un amigo para que le acompañara con su coche, un Skoda Fabia, a buscar varios sacos de almendras que dejó en el camino de Campanet para después venderlas. El amigo del procesado, que ayer quedó absuelto, no sabía que las almendras habían sido robadas. El 24 de septiembre, los dos hombres recogieron los sacos, que tenían un peso de 315 kilos, y los vendieron en la Cooperativa Pagesa de Mallorca por 518 euros.

La Guardia Civil encontró al día siguiente, en Campanet, la furgoneta Ford Transit y el resto de sacos de almendras robadas que todavía no habían sido vendidas y los agentes se los devolvieron a su propietario.

Miguel Ángel M., el ladrón de almendras, deberá indemnizar al titular de la furgoneta con 346 euros por los daños ocasionados y al dueño de las almendras con 518 por los 315 kilos sustraídos. El juez de lo Penal 3 tuvo en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas porque la causa ha estado paralizada varios años.