Momento en el que los agentes entran en la plantación de marihuana. | Twitter

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La Policía Nacional ha detenido a los tres presuntos integrantes de un grupo de narcotraficantes que tenían dos plantaciones de marihuana en Madrid capital con 143 kilos de esta droga y dedicaban sus beneficios a la compra-venta de vehículos de lujo.

En la denominada operación 'Tifón' los agentes han detenido a tres personas de nacionalidad española y han intervenido cerca de 900 plantas de marihuana, con un peso bruto de 143 kilos, un vehículo Hummer, modelo H2, y una pistola simulada.

A los arrestados se les imputan presuntos delitos contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico, según informa la Dirección General de la Policía en una nota de prensa.

La investigación se inició a finales del mes de junio cuando los agentes tuvieron conocimiento de que un grupo criminal invertía el dinero procedente del tráfico de drogas en la compra de vehículos de lujo.

Ante esta información, los policías iniciaron el dispositivo para capturar a esta banda ante el temor de que ampliaran su distribución a nivel nacional e internacional.

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El grupo disponía de una casa en una zona residencial de Madrid, donde a su vez tendrían al menos dos plantaciones «indoor» de marihuana.

Hacían uso de varios vehículos de alta gama y empleaban dos empresas de compra de automóviles para favorecer sus presuntos fines ilícitos, una de ellas especializada en la subasta de vehículos y en la compra de coches embargados.

De esta forma, se servían de estos negocios legales para vender los autos que previamente compraban con las ganancias obtenidas por la venta de marihuana, indica el comunicado.

Igualmente, los coches que utilizaban los distintos integrantes del grupo estaban a nombre de estas empresas para dificultar así su investigación y que los mismos se pudiesen relacionar con sus legítimos propietarios.

También contaban con varios enganches ilegales a la red eléctrica, según explica la Policía, que precisa además que uno de éstos estaba realizado de forma subterránea por debajo de la acera de la propia calle, enterrado bajo las baldosas de la vía pública.

Tras el registro al domicilio los agentes procedieron a desmontar la instalación eléctrica ilegal, así como a la destrucción de las lámparas y otros útiles cuyo único fin era el de cultivar marihuana.