Catalina Febrer Mestre, en su casa palmesana de La Soledat. | Alejandro Sepúlveda

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«Ya no aguanto más. Sufro una enfermedad llamada fonofobia y después de tres años y medio aguantando los ladridos continuos del perro de mi vecino creo que voy a enloquecer». Catalina Febrer Mestre, una vecina de 73 años de la barriada palmesana de La Soledat, ha denunciado su caso a la Policía Nacional tras pedir ayuda, durante años, en el cuartel de San Fernando.

La septuagenaria, natural de Vilafranca, vive en la calle Son Nadalet junto a su marido Bartolomé y su hijo, del mismo nombre.

Tres años y medio

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Tras ser diagnosticada de fonofobia, Catalina empezó a vivir su infierno particular hace tres años y medio, cuando el perro de un vecino de la calle Manacor, a unos metros de su casa, empezó a ladrar continuamente. De día y de noche. Incluso a altas horas de la madrugada. «Para una persona que no sufre mi enfermedad puede ser muy molesto, pero para mí es un calvario. No se imagina lo que he pasado», contó a este diario. En su denuncia del 10 de mayo ante la Policía Nacional, la señora destaca que el dueño del animal se ausenta muchas horas al día y que el can, nervioso, no para de ladrar.

Debido al estrés que le ha ocasionado la situación, Catalina padece secuelas serias y está en tratamiento psicoterapéutico desde hace unos años. «Estoy tranquila y es escuchar esos ladridos, que me entran en la cabeza, y me pongo fatal». La mujer intentó arreglar la situación llamando a la Policía Local de Palma, pero en la denuncia especifica que «no han podido arreglar» el problema.

Su salud es tan delicada que ha tenido que acudir en distintas ocasiones al hospital de Son Espases, con crisis de ansiedad. Su baja tolerancia a los ruidos, en especial a los ladridos, se traducen en un estrés difícil de soportar. Tras ser atendida por los médicos, su estado mejora, pero cuando regresa a casa y empieza a ladrar el perro ella empeora súbitamente: «Es algo muy difícil de entender para una persona que no padece mi enfermedad, pero yo no puedo más. Pido por favor que la Policía Nacional me ayuda, porque ya no sé a quién más recurrir».

Desde la Jefatura están investigando el caso y no se descarta citar a declarar al dueño del perro en los próximos días, en calidad de denunciado.