El indigente, bajo los arcos del Mercat de l’Olivar, su refugio durante un tiempo. | Alejandro Sepúlveda

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«Ese día le saludé como siempre. Al marcharme del lugar, cerca de la plaza de la Reina, le dije ‘adiós’ y sin mediar palabra me agredió con un candelabro en la cabeza. Si me da un poco más arriba, me quedo en el sitio», explicó la víctima del indigente del Mercat de l’Olivar, José F., la agresión sufrida el 19 de julio de 2016.

Los hechos fueron juzgados este martes, pero no contaron con la presencia del acusado, que ahora vive en Toledo y no acudió a la cita. Aun así, se consideró que la vista se tenía que celebrar.

Delito

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El Ministerio Fiscal pide para el indigente dos años de cárcel por un delito de lesiones con instrumento peligroso. Tanto con un candelabro, el mismo que la Policía Nacional le encontró entre sus pertenencias el día después de ser utilizado para golpear a José. Con 23 puntos en la cabeza y un aparatoso vendaje, la víctima se topó con él 24 horas después del ataque. Llamó a la policía, que acudió al lugar y lo detuvo. Los agentes que lo arrestaron declararon en el juicio que el procesado negó haber agredido a nadie y que en ese momento estaba muy alterado. A pesar de esto, no hay dudas de que él fue el agresor de José.

Una forense relató en sede judicial que el indigente no es ningún enfermo mental y los actos que lleva a cabo los hace «de manera consciente». La defensa, por su parte, pidió la absolución. Recordó que los servicios sociales del IMAS lo ingresaron a la fuerza en un psiquiátrico y que sufría en aquel momento trastornos derivados del consumo de sustancias.

Además de la privación de libertad, la Fiscalía solicita al indigente que indemnice a la víctima con 1.100 euros por la agresión y las secuelas.