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A la una y media de la madrugada de este pasado lunes la emisora de la Policía Local de Palma cobra, de súbito, una inusitada actividad: «Lleva la cabeza rapada, va con un cuchillo en la mano por la primera línea, chillando ‘los he matado, los he matado'. Va en dirección Llucmajor», grita un agente. Acto seguido, añade en estado de gran nerviosismo: «¡Lo tenemos! ¡Apoyo!», mientras alerta a los turistas para que salgan de la calle: «¡Todos fuera! raus, raus».

Un inmigrante marroquí, que tras ser detenido se hizo pasar por libio, acababa de apuñalar a dos turistas alemanes en la Platja de Palma. En concreto en la calle Misión de San Diego.

Golpe fortuito

Según la versión de los veraneantes germanos, a esa hora tres compatriotas se cruzaron con el magrebí y se produjo un golpe fortuito entre ellos. Los alemanes se encararon con él y el inmigrante esgrimió una navaja y apuñaló a uno de ellos cerca del corazón y a un segundo en la espalda. Los dos heridos y su amigo huyeron corriendo, pero se desplomaron unos metros después, sangrando de forma abundante.

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El agresor huyó en dirección a la playa, pero un minuto después cambió de opinión y regresó a Misión de San Diego, todavía empuñando el arma blanca y profiriendo amenazas en su lengua. Fue entonces cuando se desató el pánico. Dos policías nacionales y tres policías locales empezaron su búsqueda, mientras evacuaban a los turistas que estaban en las terrazas y paseaban por la calle: «Salgan de aquí inmediatamente, váyanse a sus hoteles».

«Lo primero que pensamos es que se trataba de un atentado terrorista», reconoció este lunes a este diario una empleada de un local de la zona, que aseguró que «todo fue de película, sobre todo cuando empezaron los tiros».

Finalmente, el agresor fue rodeado por los agentes, que le encañonaron con sus pistolas. Enloquecido, se abalanzó sobre ellos blandiendo la navaja y un policía nacional le disparó en el pie, alcanzándole a la altura del tobillo. Pese al disparo, el extranjero continuó empuñando el cuchillo y fue necesario que un agente municipal disparara al aire para que finalmente depusiera su violenta actitud. A continuación, los cinco funcionarios se lanzaron sobre él y lo desarmaron en el suelo.

Los dos alemanes, de 27 y 46 años, fueron evacuados a Son Llátzer; uno de ellos está grave y el otro ya ha recibido el alta médica.

Ya detenido, el marroquí -que tiene antecedentes- gritó a los policías: «Sois unos racistas», y después aseguró que si hubiera tenido un «Kalashnikov hubiera habido más muerte que en París o Barcelona». La policía investiga si hubo un trasfondo de trapicheo de drogas en la pelea inicial.