Móviles, relojes, dinero y sustancias anabolizantes y drogas intervenidas a los sospechosos.

TW
2

Una investigación por robos de teléfonos móviles en un gimnasio de Magaluf acabó con dos detenidos por apropiarse de varios terminales de última generación y tráfico de sustancias anabolizantes y estupefacientes. Los sospechosos son dos británicos que residían en la zona y fueron arrestados por la Guardia Civil. Los agentes investigan si ambos están implicados en más hechos delictivos o formaban parte del algún tipo de red a pequeña escala dedicaba al tráfico ilegal de sustancias para mejorar el rendimiento deportivo y drogas.

La investigación se inició a raíz de la sucesión de denuncias por robos en un conocido gimnasio de Magaluf. El ladrón era bastante selectivo y tenía preferencia por los iPhone y los relojes de lujo. De hecho, cuando fue detenido tenía tres móviles de la marca recién sustraídos a turistas y quince más en su domicilio.

Interceptado

Los agentes comenzaron a realizar gestiones y dispositivos de vigilancia, que acabaron dando resultado. El sospechoso fue identificado y localizado poco después y se procedió a su detención. En el momento del arresto portaba tres iPhone 5 que acabara de robar a turistas en la zona de Magaluf.

Los investigadores solicitaron al juzgado una orden de entrada y registro en su domicilio, situado en Torrenova, en el citado núcleo turístico. En el interior de la vivienda se hallaron 15 teléfonos más marca iPhone, seis relojes de lujo, todos ellos de procedencia ilícita, así como una gran cantidad de anabolizantes. Según informó ayer la Guardia Civil, entre estas sustancias había «numerosas dosis de hormona del crecimiento, varios viales con diferentes clases de testosterona (trembolona, boldenona), frascos con pastillas de dianabol», así como una gran cantidad de sustancias estupefacientes, como unos cien gramos de metanfetamina, cincuenta comprimidos de éxtasis, y varias dosis de marihuana empaquetada para su venta a terceros.

Segundo arresto

En el domicilio fue arrestado el segundo británico, también por delitos contra el patrimonio y tráfico de drogas. Junto a las sustancias estupefacientes se encontraron útiles y efectos para la confección de dosis, manipulación y adulteración de las sustancias intervenidas, además de balanzas de precisión y tres mil euros en efectivo, supuestamente obtenidos con la venta de los iPhone, los relojes de lujo y el tráfico de anabolizantes y drogas.

Los detenidos frecuentaban las fiestas denominadas «pool party», que se han puesto de moda últimamente, y reúnen a un gran número de personas. Los dos británicos aprovechaban esta circunstancia para la venta de drobas en las inmediaciones de los establecimientos donde se realizan.