La investigación de Joan Oliver permitió rescatar a la niña, que actualmente está en un centro de menores de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«Nunca nos habíamos encontrado con algo similar. Ha sido un caso espeluznante, una niña encerrada dos meses en un sótano por su padre es un drama». Joan Oliver es el policía local de Llucmajor que, con perspicacia e insistencia, descubrió el motivo de la ausencia escolar de la adolescente.

Tal y como adelantó en exclusiva Ultima Hora, los hechos ahora desvelados ocurrieron en un chalet de una urbanización del término de Llucmajor y el detonante para que la policía investigara el caso fue el largo absentismo escolar de la víctima, que entonces tenía 12 años.

Sospechas

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Desde el centro escolar, intentaron durante dos meses contactar con los padres de la menor, sin éxito. Las direcciones de correo electrónicos y los números de teléfonos que los progenitores habían facilitado eran falsos, lo que disparó todas las alarmas. «Empezamos a seguir esa pista, de que había algo que no cuadraba, y al final descubrimos dónde vivía la familia. Cuando hablamos con la niña nos quedamos conmocionados, su relato era aterrador», relató Joan, el investigador de la Secció de Menors de la Policía Local de Llucmajor.

Durante esas ocho semanas, la niña había dormido sobre unas cajas en el sótano, en pleno invierno. Y como comida recibía huevos podridos, pescado en mal estado, pan y agua. Los agentes entraron en la casa y confirmaron los detalles de la menor: «Fue todo un schock», sentencia Joan.

Curiosamente, la adolescente había sufrido malos tratos por parte de su madre en su país, y en 2005 su padre se la llevó a vivir a Mallorca, con su nueva pareja sentimental. El hombre, según la víctima, era muy severo y la humillaba continuamente. Cuando descubrió que fumaba, supuestamente enloqueció y decidió encerrarla en el sótano del chalet, donde hay una pequeña cocina y un baño. Ahí pasó las navidades, con dos mantas para resguardarse del frío.