Imagen del lugar donde los excursionistas encontraron el cadáver descuartizado.

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Tres especialistas del laboratorio criminalístico de la Guardia Civil de Palma llegaron ayer por la mañana a la Isla para investigar un nuevo crimen cometido en la Isla. Acudieron rápidamente a la zona del torrente de la finca conocida como sa Font des Verger, donde el domingo por la tarde unos excursionistas descubrieron un cadáver despedazado que estaba dentro de una bolsa.

El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, tanto que, por el momento, al menos de forma oficial, los investigadores no pueden decir si se trata de un hombre o de una mujer. Además, señalaron desde la Comandancia de la Guardia Civil de Balears, los agentes tampoco se atreven a aventurar cuánto tiempo lleva muerta esta persona. Lo único que parece estar claro, debido a la forma en que ha aparecido el cuerpo, es que se trató de un ajuste de cuentas por presunto tráfico de drogas.

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Está previsto que la autopsia se realice hoy por la mañana y todo indica que para averiguar la identidad del fallecido habrá que esperar a los resultados de ADN y cotejarlos con el de los familiares de los desaparecidos en Eivissa en los últimos años, ya que el mal estado del cuerpo impide obtener huellas dactilares. Tampoco está claro todavía si la persona o personas que metieron el cadáver en la bolsa lo descuartizaron previamente o si el cuerpo, en el proceso de descomposición, se ha ido despedazando tal vez por la acción de perros u otros animales.

Al parecer, la bolsa estaba enterrada someramente y fue por efecto de las lluvias por lo que quedó al descubierto, lo que ha levantado elucubraciones acerca de que sus ejecutores pudieran pretender de esta forma que se produjera el hallazgo, algo que también apunta hacia un posible ajuste de cuentas por drogas.

Los investigadores, por cautela, no se han puesto aún en contacto con los familiares de los últimos desaparecidos en la Isla. Entre estos se encuentra el italiano Lorenzo Sarti, de 37 años de edad, cuya desaparición fue denunciada a mediados de septiembre por sus allegados y familiares, que entonces advirtieron de que podría tratarse de un secuestro, ya que, según declararon, había sido advirtiendo e incluso agredido.