La Guardia Civil, utilizando cinta de la Policía Local de Sant Josep, acordonó rápidamente el lugar del hallazgo para proteger la investigación.

TW
11

La Guardia Civil investiga la procedencia y origen de un cadáver descuartizado que fue introducido en una bolsa y que un perro halló al mediodía de ayer en un torrente de la zona conocida como sa Font des Verger en las proximidades de la localidad de Sant Josep. Ayer se desconocía con certeza si pertenecían a un hombre o a una mujer, aunque no se descartaba, como línea inicial de trabajo, que se podía estar ante un ajuste de cuentas por asuntos de droga y que la víctima era un varón.

Según fuentes consultadas por Europa Press, no será «antes de mañana cuando se realice la autopsia»,

Las primeras hipótesis que se recogieron en el lugar de los hechos barajaban la posibilidad de que las fuertes lluvias caídas en los últimos días en la Isla lo hubieran desenterrado y el agua de escorrentía hubiera llevado la bolsa hasta las cercanías de la carretera que hay detrás del campo de fútbol de Sant Josep.

Según los datos recogidos por este periódico, el hallazgo se produjo después de que los dueños del perro vieran al animal adentrarse en la maleza y posteriormente salir con una pierna en la boca. Al parecer, los restos no eran por completo óseos, una circunstancia que, a priori, abre la posibilidad de que no fueran muy antiguos. Asimismo, permitirán extraer con mayor facilidad muestras biológicas que puedan servir en el futuro para identificar a la víctima mientras una prueba de ADN si no hay posibilidad de extraer huellas digitales.

Agentes de la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil acordonaron la zona, colindante también con un camino de tierra, a escasos diez metros, y documentaron el hallazgo con fotografías al tiempo que realizaban una inspección ocular sobre el terreno. La carretera fue cortada a primera hora de la tarde para impedir el acceso a personas ajenas a la investigación. Los restos estaban pendientes de su examen por el forense por si también era posible discernir si la víctima pereció violentamente, como en un principio se atisba, así como otros datos que puedan ser decisivos en el transcurso de las pesquisas.

Dos casos de desaparecidos ‘conocidos'

Adolfo Linares, el sacerdote cántabro de Ampuero cuya ausencia de denunció en Evissa en julio, es junto con el empresario italiano y vecino de es Jondal, Lorenzo Sarti, en septiembre, los dos únicos casos conocidos de desparecidos de los que tienen conocimiento las Fuerzas de Seguridad del Estado y que podrían encajar con los restos. En el caso de Sarti, su familia temió su secuestro. El resto de personas desaparecidas se perdieron en el mar o en zonas de acantilado.