Equipos de emergencia tratando de auxiliar a la víctima. | Julio Bastida

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Eran las seis de la mañana cuando el conductor de una furgoneta de unos conocidos viveros de Santa Maria des Camí se disponía a cruzar, como cada día, el Torrent de sa Riera de Palma. Se trata del camí de Son Anglada, una vía que confluye con la carretera de Puigpunyent, en el término municipal de Palma que cuando el cauce del torrente va muy cargado de agua la misma queda totalmente inundada. Al parecer y, según las primeras hipótesis de la investigación, el conductor se percató que había agua en la calzada, pero nunca imaginó que hubiera tanta y que la fuerza del caudal fuese de tal magnitud.
Cuando la furgoneta se adentró en el torrente, justo a la mitad del mismo, el motor se detuvo y se paralizó el vehículo. El nivel del agua sobrepasaba las puertas del vehículo y el conductor quedó atrapado sin poder abandonar el habitáculo.
Todo apunta a que el varón no disponía de ningún tipo de teléfono y por consiguiente no pudo dar la voz de alarma.
Sobre las diez de la mañana, los equipos de emergencia fueron alertados y, con suma celeridad, se activó el pertinente protocolo establecido para estos casos.
Rápidamente se desplazaron hasta el lugar del suceso numerosas dotaciones de los Bombers de Palma, los UII (Unitat d'Intervenció Inmediata) de la Policía Local de Palma, el Seib-112, la Direcció General d'Emergències, el VIR (Vehicle d'Intervenció Ràpida), y tres ambulancias medicalizadas de SSG (Servicios Socio Sanitarios Generales).
A su llegada, dos bomberos se pusieron los trajes de neopreno mientras que sus compañeros y el resto de equipos de emergencia instalaron una línea de vida, es decir, un seguro cableado que unía el todoterreno de los Bombers de Palma en un extremo y el furgón de la policía por otro. Con mucha cautela y profesionalidad, los efectivos se fueron aproximando hasta el vehículo, arriesgando sus vidas debido a que la fuerza del cauce del torrente era muy intensa.
Tras una angustiosa maniobra de aproximación, consiguieron tranquilizar al conductor, abrir la ventanilla y realizar las maniobras de asegurar a la víctima. Tras engancharle una cuerda de seguridad se inició el rescate.
Los bomberos ayudaron a salir del vehículo al hombre y, con mucha cautela, se desplazaron hasta la orilla, donde les aguardaban los médicos y técnicos sanitarios.
Tras realizarle un exhaustivo chequeo en el interior de la UVI Móvil de SSG (Servicios Socio Sanitarios Generales), la facultativa pronosticó que el hombre había sufrido una hipotermia y una crisis de ansiedad.
Finalmente, la policía cortó el acceso al camino de Son Anglada para evitar nuevos incidentes.