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JAVIER JIMÉNEZ
El Grupo de Homicidios del la Jefatura palmesana investigó ayer tarde las circunstancias de la muerte de un hombre que apareció atado de manos y con una bolsa en la cabeza en un local de la calle Pablo Iglesias.

Los vecinos llevaban unos días notando un fuerte hedor, que procedía del número 24 de esa calle, una planta baja utilizada como taller. Ayer por la tarde dieron aviso a la Policía Local y los agentes consiguieron acceder al establecimiento. En el interior el olor era insoportable y se encontraron con un hombre muerto, en avanzado estado de descomposición. Lo más extraño era que estaba con una bolsa al anudada al cuello y las manos a la espalda, atadas con unas bridas. El caso, inmediatamente, pasó a manos del Cuerpo Nacional de Policía, y los expertos de la Policía Científica y el Grupo de Homicidios examinaron durante horas el escenario de la muerte. También se desplazó a Pablo Iglesias el juez de guardia y un forense.

Todos los datos iniciales apuntaban a un asesinato, pero la investigación posterior permitió rechazar esta posibilidad y cobró fuerza la hipótesis de un suicidio. La víctima mortal tiene entre 50 y 60 años y los vecinos lo definieron como una persona «muy educada y agradable». En la planta baja, junto al cadáver, había una mesa de carpintero.