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Ignacio Durán, alias Nacho, y María de los Àngeles, la abogada que está en prisión domiciliaria por el llamado «caso Son Banya», mantuvieron una conversación telefónica el pasado 10 de octubre a las siete de la tarde.

Es una de tantas conversaciones que quedaron grabadas por los policías de Asuntos Internos que ultimaban ya los detalles de la investigación, antes de llevarse a cabo las detenciones. Para ponernos en situación, Nacho es el paraguayo que formuló en abril la denuncia falsa por torturas y amenazas de muerte contra unos veinte familiares de «La Paca».

Días después el hombre y su esposa, que era policía en Paraguay y había huido de su país tras quedarse con el botín de un atraco, además de pasar un tiempo vendiendo drogas en Son Banya, huyeron de Mallorca y en la actualidad están siendo buscados. La denuncia de Nacho fue la que utilizó presuntamente el entonces jefe de Atracos, para decirle a «la Paca» que todas las personas denunciadas podían acabar en la cárcel y que, siempre en calidad de presunción, el asunto se podía arreglar si se pagaba una cantidad de dinero.

Según las diligencias efectuadas, «La Paca» pagó una cantidad, que ella dice que fue de 100 millones de pesetas. Pero después, cuando la policía sospechó del caso de corrupción, se ideó una estrategia para que los implicados hicieran algún tipo de movimiento.

Así, el juez que incoaba el sumario por el robo millonario en el poblado, citó a declarar a «La Paca», la dejó en libertad bajó fianza y le dio a entender que al celebrarse el juicio podía ir a la cárcel. La mujer se puso en contacto entonces con Pepote y le pidió explicaciones, puesto que el supuesto acuerdo al que había llegado era de que, si pagaba, ella no tendría problemas. Meses después, quizás para tratar de solucionar el problema surgido, otro paraguayo que había estado presente en la primera denuncia de Nacho, Roberto Darío, hizo una declaración voluntaria en el Grupo de Atracos, asegurando que la denuncia inicial era falsa. Esta declaración se llevó a cabo entre septiembre y octubre, y según las investigaciones, «La Paca» habría pagado otra cantidad al tal Darío, a instancias de la abogada «para que todo quede resuelto». En aquellas fechas Asuntos Internos ya tenía «pinchados» varios teléfonos, y la conversación que reproducimos ahora se lleva a cabo entre Nacho, al que se le supone en Paraguay, y la abogada. Esta es la conversación en la que señala con una «N» cuando habla Nacho, y con una «M» cuando lo hace la abogada: