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PEP MATAS-EMILIO LÓPEZ
Los primeros resultados de la autopsia efectuada a los cadáveres de Ligia García y a sus dos hijas, Samantha y Carolina, no aporta datos concluyentes como para poder determinar la autoría de las muertes.

De hecho, el resumen del informe médico legal que se llevó a cabo ayer por la mañana es el de que la muerte de la madre de las niñas pudo deberse a «un homicidio o un suicidio, sin descartar ninguna de las dos hipótesis».

Con respecto a las horas de las muertes, el informe de la autopsia señala que las mismas pudieron producirse entre la última hora de la noche del jueves y primeras horas de la madrugada del viernes. En cuanto a las causas, las dos menores murieron de un disparo cada una en el pecho, mientras que la madre recibió otro disparo en el pecho, que le afectó el corazón. Las tres muertes se produjeron en cuestión de segundos o, a lo máximo, con muy pocos minutos de diferencia.

También, como se informó en la edición de ayer, en los tres casos la persona que efectuó los disparos utilizó una almohada, presuntamente para mitigar el ruido de la pistola. Como también se ha informado, el arma es propiedad de Pablo Riquelme, compañero sentimental de la fallecida, y que es funcionario del Cuerpo Nacional de Policía en situación de segunda actividad.