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Cansados pero contentos. Así regresaron ayer a Palma los integrantes de la expedición mallorquina que ha pasado ocho días en Indonesia, colaborando con las víctimas detsunami.

Entre los expedicionarios se encontraba Bernardí Coll, responsable del Fons Mallorquí de Cooperació, y los bomberos que han repartido ayuda en Banda Aceh, una de las zonas más devastadas, donde la destrucción es absoluta. Nuestro compañero Pedro Prieto, que viajó con este equipo al sudeste asiático como enviado especial, también ha regresado, tras ver «un drama cómo nunca había visto». La ayuda mallorquina consistió en un hospital de campaña, una planta potabilizadora, pañales y leche materna, y medicamentos básicos. Es decir, todo aquello de lo que carece en estos momentos la población local. Los cooperantes mallorquines, con todo, no dan por finalizada su misión. En breve quieren seguir enviando ayuda al sudeste asiático y las ONG y asociaciones humanitarias siguen trabajando para paliar, en la medida de lo posible, las carencias más elementales. Oficialmente, etsunami se ha cobrado ya 219.000 vidas, pero todo apunta a que son muchas más.