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EFE-TAIPEI
Un avión de la aerolínea taiwanesa China Airlines en el que viajaban 226 personas se estrelló ayer en el estrecho de Taiwán. El avión, un Boeing 747-200, había partido del aeropuerto internacional de Taipei poco antes de las 15.00 hora local (07.00 GMT) en dirección a Hong Kong, y desapareció de los radares de la torre de control cuando llevaba media hora de vuelo. El primer ministro taiwanés, Yu Hsyi-kun, confirmó que el avión se había estrellado en las aguas del estrecho de Formosa. Los equipos de rescate encontraron los primeros cadáveres poco después de las 18.00 hora local (10.00 GMT).

Las primeras hipótesis parecen descartar que el accidente se debiera a causas meteorológicas, y según la compañía China Airlines, si se hubiera tratado de una avería mecánica los pilotos habrían tenido tiempo de comunicarse con la torre de control. El vuelo CI611 desapareció del radar a 10 millas marinas al noroeste de Makung. El aparato era el último Boeing 747-200 de China Airlines, tenía 22 años y ocho meses de antigüedad e iba a ser retirado el próximo mes, según fuentes de la compañía.

En un comunicado oficial, China Airlines informó de que de los 226 ocupantes del avión, 195 eran taiwaneses, tres procedían de Singapur y uno era ciudadano suizo, aunque no se concretó la nacionalidad del resto de las víctimas, entre ellas tres bebés. Por su parte, el Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán ha enviado una comisión a Penghu para investigar si el siniestro pudo deberse a un acto terrorista, y revisará tanto el historial de los pasajeros como el origen y destino de la carga transportada.