María Soledad, de 19 años, y su madre, Magdalena Martorell, se recuperan de las heridas en su casa de Son Ferriol. FOTO: JAIME MOREY.

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«Si mi hija no se llega a tapar la cara con los brazos ese proyectil la habría desfigurado. No es cierto que estuviéramos demasiado cerca de los fuegos y de hecho nos colocamos en un callejón para verlos con más seguridad. El problema fue pirotécnico y ahora vamos a pedir una indemnización».

Magdalena Martorell, una de las seis personas heridas por la caída de un cohete durante las fiestas patronales de Montuïri, declaró ayer a este periódico que tanto ella como su hija, de 19 años, permanecen todavía conmocionadas por lo sucedido y relató que todo ocurrió con tanta rapidez que cuando comprendió el alcance del accidente sólo pudo gritar y pedir que auxiliaran a la joven, que sufrió el impacto brutal de un cohete en un brazo.

«Cenamos y luego nos fuimos a ver los fuegos. Yo tengo algo de miedo y en lugar de colocarnos en la calle de Es Dau, nos fuimos a un callejón próximo para estar más seguros», relató la afectada. Entre el grupo se encontraban amigos y parientes, que disfrutaron con la exhibición pirotécnica sin sospechar, ni remotamente, en el dramático final que se avecinaba. Uno de los últimos cohetes cambió bruscamente de rumbo y en lugar de seguir una trayectoria vertical se dirigió a gran velocidad hacia en público, en concreto hacia el callejón en donde se había ubicado Magdalena y el resto del grupo.

«De repente noté una gran luz, una claridad enorme y luego todo fue desconcierto. Mi hija tuvo los reflejos suficientes para taparse la cara y un trozo de proyectil le perforó un brazo. Un niño de 10 años, hijo de una amiga mía, quedó aturdido, y los médicos le han diagnosticado que padece un 53% menos de audición debido al impacto del cohete. Total, que en pocos segundos se formó un gran caos. Yo sufrí quemaduras en el muslo derecho y busqué con la mirada a mi hija; cuando la vi herida comencé a gritar», recuerda la vecina de Son Ferriol.

La víctima agradeció el interés del Ayuntamiento de Montuïri y explicó que el alcalde de la localidad, Gabriel Matas, llama por teléfono a diario para interesarse por su evolución y por la de su hija. Sin embargo, la mujer tiene claro que tienen derecho a una indemnización y ya ha realizado los trámites necesarios para cobrarla: «A mi hija le han dicho que le quedarán secuelas, y no es justo que vayas a unas fiestas patronales y que por un fallo de un cohete salgas mal parada».